Qué sabemos sobre la seguridad de las centrales nucleares

La mortalidad que causan las nucleares es similar a la de las renovables, pese a su mayor riesgo


¿Qué se ha dicho?

Que la energía nuclear tiene un problema de seguridad

¿Qué sabemos?

Los datos de personas muertas a causa de las instalaciones nucleares por unidad de electricidad generada son similares a las de las energías renovables. Es cierto que, según los expertos consultados, las consecuencias de un accidente nuclear son potencialmente graves, pero los niveles de seguridad de los que disponen las centrales son muy elevados.

Ernest Urtasun, portavoz de campaña de Sumar y eurodiputado de Catalunya en Comú, afirmó el 27 de junio en un acto organizado por la coalición liderada por Yolanda Díaz que la energía nuclear “tiene un problema de seguridad” (minuto 4:52).

Los datos de personas muertas a causa de las instalaciones nucleares por unidad de electricidad generada son similares a las de las energías renovables, según datos de la Comisión Europea (CE) y de un estudio de Our World in Data, un portal de visualización de datos que colabora con la Universidad de Oxford. Según los expertos consultados por Verificat, las consecuencias de un accidente nuclear son potencialmente graves, pero los niveles de seguridad de que disponen las centrales son muy elevados. 

“[La energía nuclear] tiene un problema de seguridad”

Ernest Urtasun, Sumar

Primero “tendríamos que definir peligro, o qué entendemos por peligro, la tasa de incidentes o accidentes, o el peligro potencial que puede representar un accidente”, distingue en un correo a Verificat Alexandre Deltell, miembro del Grupo de Investigación en Ingeniería de Fluidos, Energía y Medio Ambiente de la Universitat de Girona (UdG).

Si nos fijamos en la tasa de incidentes registrados, la energía nuclear es tan segura como las energías renovables, según un análisis de Our World in Data, y tiene una tasa de accidentes mortales ligeramente más elevada, según datos de la Comisión Europea (CE). Este hecho se explica porque las estadísticas tienen en cuenta el número de personas que mueren víctimas de accidentes en las instalaciones, pero también aquellos decesos fruto de la contaminación.

En todo caso, ambas fuentes apuntan que se trata de una energía mucho más segura que cualquier alternativa fósil, como la quema de carbón o el petróleo, por ejemplo. 

De hecho, la mortalidad atribuida a cada unidad de electricidad producida en el mundo por los combustibles fósiles es entre 35 y 410 veces mayor que la asociada a la energía nuclear en función del tipo de combustible analizado, según las cifras de la CE, y entre 95 y 1090 veces mayor, según las de Our World in Data.

Es cierto, no obstante, que “el daño potencial que puede tener un accidente [nuclear] es muy grande. Solo hay que ver los accidentes de Chernóbil o Fukushima”, apunta el experto.

En el primero, en 1986, la radiación se cobró la vida de 31 personas de manera directa, pero las estimaciones de los efectos a largo plazo disparan las cifras, que varían ampliamente según la fuente consultada: las Naciones Unidas calculan que las muertes atribuibles al accidente llegarán a las 4.000, mientras que un estudio de Nature eleva la cifra hasta 16.000 y uno impulsado por el Partido Europeo Verde —la fusión de 32 partidos ecologistas— llega a estimar un total de entre 30.000 y 60.000 muertes debidas al incidente.

En el episodio de 2011 en Fukushima no se produjo ninguna víctima mortal directa, a pesar de que un trabajador de la central murió en 2018 de cáncer de pulmón derivado de la radiación, y que el proceso de evacuación se llevó la vida de un total de 2.313 personas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado el incremento de riesgo de cáncer a causa de la radiación como “muy bajo”, mientras que un trabajo de Energy & Environmental Science calcula que puede causar alrededor de mil muertes más a largo plazo.

Las centrales “tienen una seguridad muy alta, pero también unos riesgos muy altos”, concluye en conversación con Verificat Víctor Garcia, investigador predoctoral de radiofísica y protección radiológica en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC).

Accidentes a lo largo de la historia

Los accidentes nucleares se clasifican, de manera global, en una escala del 0 al 7 en función de su gravedad. Esta lista no solo evalúa las centrales nucleares, sino también otros procesos como la gestión de residuos industriales o médicos. El nivel cero incluye todos aquellos sucesos que no tienen ninguna implicación sobre la seguridad, y hasta el tercer nivel no hay afectación fuera de las instalaciones.

A lo largo de la historia ha habido un total de 20 acontecimientos de nivel 4 o superior, 18 de los cuales han tenido lugar en centrales nucleares o en instalaciones relacionadas con ellas. De estos, solo 6 han tenido consecuencias más allá de los alrededores de la instalación, y los de Chernóbil y Fukushima han sido los únicos que han sido evaluados con el máximo nivel de gravedad (nivel 7).

Estas cifras se dan en un contexto de más de 60 años de uso de las centrales nucleares como fuente de energía (la primera empezó a operar en 1954), y en que el 65% de las más de 400 activas actualmente hace más de 30 años que operan. Con todo, Deltell sugiere que “la tasa de fallos se podría considerar, seguramente, baja”.