La NASA no ha demostrado que la ganadería en Argentina no contamina

Un instituto dedicado a promover el consumo de carne bovina ha manipulado un informe de la agencia para desinformar


Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA)

¿Qué se ha dicho?

Que, según un estudio con datos de la NASA, la ganadería en Argentina “no contamina el medio ambiente».

¿Qué sabemos?

Efectivamente, según el trabajo, Argentina emite menos dióxido de carbono del que absorbe, pero no se han tenido en cuenta las emisiones de otros gases de efecto invernadero como el metano, generado en buena medida por el sector ganadero, y que tienen un poder de calentamiento de la atmósfera 80 veces mayor que el CO₂.

Están circulando artículos en medios generalistas y de cierta importancia en el país como La Nación, La Voz del Interior o CNN Argentina, que señalan que, según datos de la NASA, la ganadería argentina “no contamina” el medio ambiente. Estas afirmaciones proceden de una nota de prensa difundida por el Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), la cual asegura que “La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de EE.UU. demuestra que la ganadería de nuestro país no contamina el medio ambiente”. 

Es FALSO. Los datos de la NASA muestran que Argentina es, junto a otros países del globo, uno de los países que absorbe más dióxido de carbono (CO₂) del que emite. Sin embargo, el estudio no analiza otros gases de efecto invernadero (GEI), como el metano, protagonista en Argentina a causa de su elevada producción ganadera.

La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de EE.UU. demuestra que la ganadería de nuestro país no contamina el medio ambiente

Es verdad que Argentina tiene un balance negativo de emisiones de dióxido de carbono —produce menos que el que sus bosques son capaces de absorber—, pero el estudio liderado por la NASA únicamente mide este gas cuando, en realidad, son varios los gases de efecto invernadero que están causando el calentamiento global

Así lo explica a Verificat Brendan Byrne, científico del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, con sede en California (EE UU), y uno de los autores del trabajo, quien insiste que no contabilizaron, por ejemplo, las emisiones de “metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O)”, las cuales “suponen una fracción significativa de las emisiones totales de gases de efecto invernadero del ganado y otros rumiantes”. 

Su investigación tampoco ha demostrado que este balance negativo se deba a los campos de ganadería extensiva, tal y como reza la nota, principalmente porque no estimaron las contribuciones de absorción que hace cada ecosistema en cada país, sino que, como explica Byrne, calcularon una estimación total sin diferenciar entre tipos de terreno. En otras palabras, el estudio no señala si ese balance negativo se debe a los campos de pastoreo o a otro tipo de ecosistemas captadores de carbono. 

Importante emisor de metano

Argentina es un país con una destacada industria ganadera, y un dato ilustrativo es que cuenta con más vacas que personas: en total, 54 millones, frente a 44. Es uno de los mayores productores y exportadores de carne del mundo. Aunque no de los países que más metano emite a nivel mundial, este gas comprende una quinta parte de las emisiones de GEI totales del país. Y de esa quinta parte, el 70% procede específicamente de la ganadería, según aparece en este informe de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC) [página 155].

Si bien es cierto que el CO₂ es el principal gas de efecto invernadero, las emisiones de metano son problemáticas porque, pese a su corta esperanza de vida —entre 10 y 12 añostienen una capacidad 80 veces mayor de calentar la atmósfera que el CO₂. 

Las emisiones de metano corresponden anualmente al 14,5 % del total de emisiones antropogénicas mundiales de GEI, según la FAO, y son responsables de al menos un cuarto del actual calentamiento global. Es cierto que la mayoría proceden de la actividad agrícola, pero también se producen emisiones de metano durante la extracción de los combustibles fósiles y en la generación de residuos, según un informe específico sobre el tema de Naciones Unidas. 

Los grupos de presión de la industria cárnica 

A pesar de que el impacto medioambiental de la producción de carne está ampliamente documentado en los informes del IPCC, o Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, la entidad científica líder en la evaluación del cambio climático, ciertas entidades dedicadas a defender al sector ganadero, como el Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), están emitiendo comunicados con datos engañosos sobre los supuestos beneficios medioambientales vinculados a la producción de carne. 

La organización que ha manipulado los datos es una institución pública creada en 2001 y orientada a “promover el aumento del consumo local de carne vacuna y el fomento de las exportaciones cárnicas”, según la Ley 25.507, que anuncia la creación de este organismo. El IPCVA lleva investigando desde hace al menos un año junto a otros centros cuáles son los impactos ambientales de la carne vacuna argentina.

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