El cuerpo no es un reloj y la mayoría de las mujeres no tiene la regla cada veintiocho días

Se considera que un ciclo es regular cuando dura entre 21 y 35 días


Aunque para la mayoría de las mujeres en edad fértil el ciclo menstrual dura entre 21 y 35 días, la regla no es una ciencia exacta y entre un 14 y un 25% de las mujeres presentan ciclos irregulares. Pero, ¿qué significa tener un período irregular? Y lo que es más importante, ¿podemos conocer sus causas?

Aunque todas las mujeres pueden tener alteraciones ocasionales en la regularidad menstrual, solo un porcentaje muy bajo de las mujeres tiene ciclos exactamente de veintiocho días, ya que cada mujer depende de su ‘reloj interno’, que varía en cada cuerpo. ¡Te lo contamos!

Pese a que la menstruación es un proceso estudiado en profundidad, todavía hoy en día muchas personas no tienen claro por qué algunas mujeres presentan un período tan puntual como un reloj, mientras otras lo tienen irregular. Durante el ciclo menstrual, uno de los ovarios libera un óvulo para que este se fertilice. Si el óvulo no es fecundado durante el ciclo, el cuerpo se encarga de expulsar el recubrimiento del útero a través de la vagina, proceso que conocemos como menstruación, tal como explicamos aquí.

La (im)puntualidad de la regla

Si bien siempre hemos oído que el ciclo menstrual dura veintiocho días, esta cifra es una media de lo que este acostumbra a durar. En realidad se considera que un ciclo es regular cuando dura entre 21 y 35 días, tal como explica el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) en su web, que clasifica como irregular cualquier período que se salga de esta franja. Es decir, si un ciclo menstrual dura 23 días y el siguiente 32, por ejemplo, también se considera regular.

El número veintiocho está impuesto, pero en realidad son muy pocas las mujeres que tienen sus reglas cada veintiocho días”, explica a Verificat Jésica Obercie, ginecóloga de Dexeus Dona, una clínica de Barcelona especializada en los ámbitos de obstetricia, ginecología y medicina de la reproducción. “Aunque la mayoría de las mujeres tiene el ciclo regular (entre 21 y 35 días), solo el 30% de estas tiene ciclos que duran la misma cantidad de días cada mes”, expone. “La mayoría de las mujeres tiene ciclos variables, es decir, el ciclo varía su duración cada mes, pero sin salirse de la normalidad”, añade.

“Solo un porcentaje muy bajo de las mujeres tiene ciclos exactamente de veintiocho días cuando se realiza un seguimiento a largo plazo”, coincide en conversa con Verificat Ana Robles, ginecóloga y obstetra del Hospital del Mar de Barcelona. “No somos ‘robots’ y los mecanismos que controlan esta regularidad son tan complejos y pueden alterarse por tantos factores que se considera ‘la normalidad’ cuando la regla viene cada 3 o 5 semanas”, concluye la experta. Por otro lado, hay que tener presente que “los ciclos no serán siempre iguales a lo largo de la vida, estos tienden a modificarse […] y es normal que esto suceda”, agrega Obercie.

Otro aspecto que también es diferente en cada mujer es la duración de la menstruación, que “acostumbra a durar de tres a cinco días”, indica Dexeus Dona en su web. “Si siempre te ha durado un poco más, hasta seis o siete días, y si tus revisiones ginecológicas son correctas, no has de preocuparte. Pero si habitualmente no te dura más de cinco [días] y un mes se alarga diversos días más, deberías consultarlo [con un especialista]”, añaden.

El reloj interno

La causa de estas diferencias comienza en el cerebro y en su comunicación con el cuerpo a través de la segregación de hormonas y señales nerviosas, que cambian en función del momento del ciclo en el que se encuentre cada mujer. Cuando hablamos del ciclo menstrual, en realidad nos referimos a “la unión del ciclo ovárico y el ciclo uterino-endometrial” que, juntos, hacen posible la menstruación, explica Robles.

El ciclo ovárico se encarga tanto de la activación y maduración de los oocitos —células germinales femeninas que dan lugar a los óvulos—, como de la ovulación; mientras que el ciclo uterino-endometrial se encarga del crecimiento, maduración y preparación del útero para la gestación.

Quien controla estos dos ciclos es el eje hipotalámico-hipofisario del cerebro, responsable también de multitud de procesos del cuerpo humano como los ciclos circadianos y es quien coordina el “reloj interno” de cada mujer, explica a Verificat Sergio Martínez, director clínico territorial de ginecología y obstetricia del área metropolitana norte del Instituto Catalán de la Salud.

“Es la coordinación entre la secreción de hormonas [controlada por el eje hipotalámico-hipofisario] y la maduración del endometrio [los cambios del útero ante una posible gestación] lo que hace que se produzca la menstruación”, remarca Martínez. “Como que este proceso varía en cada mujer, esto es lo que hace que los ciclos duren más o menos”, concluye el experto.

Factores que alteran esta sincronía

Como todo está orquestado desde el cerebro, un cambio en el contexto normal de una mujer puede afectar puntualmente a la aparición de la menstruación. La edad, la dieta, las infecciones, el uso de anticonceptivos, o la actividad física son algunos de los factores que afectan a la duración del período menstrual. “Todas las mujeres […] pueden tener alteraciones en la regularidad menstrual ocasionales que no se consideren peligrosas”, explica Robles. Esto puede suceder, por ejemplo, “en periodos de estrés transitorio, cambios de peso importantes, enfermedades transitorias, ingesta de fármacos (como en el caso de la vacuna del covid), drogas…”, esclarece.

Por ejemplo, en el mes de junio, que es cuando hay más estudiantes en época de exámenes, “es cuando recibimos más consultas sobre retrasos en la regla y estos están causados por el estrés”, aporta Orbecie, ejemplificando como los factores externos pueden afectar a la menstruación sin que necesariamente esté sucediendo nada malo en nuestro cuerpo. “No somos un reloj”, añade.

Y, ¿cómo hace el estrés para modificar el ciclo menstrual? Pues bien, cuando estamos estresados, nuestro cuerpo libera una serie de hormonas, entre ellas el cortisol, tal como explicamos aquí, que se encargan de asegurar la actividad de las funciones esenciales en una situación de alarma. En una situación estresante, los niveles de cortisol actúan sobre el eje hipotalámico-hipofisario, suprimiendo la secreción de hormonas reproductivas —estrógenos y progesterona— e indicando al cuerpo que se encuentra en una situación de alarma no óptima para reproducirse y en la cual es prioritaria a supervivencia antes que la continuidad de la especie. Por eso los ciclos pueden convertirse en irregulares en situaciones de estrés.

Irregularidades menstruales que se alargan

En algunos casos las irregularidades del ciclo se pueden perlongar en el tiempo, por ejemplo si hay patologías como la endometriosis, y en otras ocasiones esta asincronía puede ser puntual. En estos casos “se requieren cambios en las condiciones ambientales para volver a tener ciclos regulares”, indica Martínez.

Pero, ¿cuándo hay que preocuparse? Es cierto que sí existen algunas circunstancias anormales que nos deben alertar: “Si las irregularidades son constantes, el sangrado es abundante, la regla no se presenta en tres meses o aparece de forma más frecuente de lo habitual es conveniente consultar al ginecólogo”, recomienda Dexeus Dona en su web. Además, cabe destacar que “no se debe normalizar el dolor con la regla”, remarca Obercie. “La regla tiene que ser una cosa más de nuestro día a día […] y cuando afecta a la calidad de vida debemos consultar a un profesional”, concluye la experta.