¿Qué sabemos del aumento “alarmante” de casos de sarampión en Europa?  

¿Qué se ha dicho? Que los casos de sarampión en Europa se han multiplicado por …

Captura de pantalla amb filtre de T'ho expliquem d'una publicació d'X (antic Twitter) assegura que s'està produint a Europa un augment explosiu de casos de xarampió.

¿Qué se ha dicho?

Que los casos de sarampión en Europa se han multiplicado por 45 en el último año. 

¿Qué sabemos?

El dato es cierto, pero obvia el contexto de los años previos a la pandemia. En 2022, el número de casos fue el segundo más bajo desde que hay registros, solo superado por 2021, y estuvo muy marcado por las restricciones de la pandemia de la covid-19. En 2018 y 2019, había aproximadamente el doble casos que en 2023.

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Se está hablando mucho en redes sociales del aumento de casos de sarampión en Europa entre 2022 y 2023, que han pasado de 940 a más de 40.000 en tan solo once meses. Varios medios de comunicación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y cuentas individuales han puesto el foco en que las infecciones se han multiplicado por 45 en un año, con algunos perfiles hablando de un aumento «explosivo», y la OMS tildándolo de “alarmante”.

Los datos son ciertos, pero se centran en dos años concretos, obviando la evolución a largo plazo de la enfermedad, así como la situación antes de la pandemia causada por la Covid-19 y el efecto de las medidas restrictivas aplicadas a partir de 2020. De hecho, en 2018 y 2019, antes de la pandemia, las cifras fueron superiores —aproximadamente el doble— a las de 2023 en el continente europeo. Obviar que el número de casos no es tan distinto al que había antes de la pandemia —e incluso menor— puede favorecer que la situación se interprete de una forma más grave o inusual de lo que realmente es. ¡Te lo explicamos!

Los casos de sarampión en Europa crecieron a gran velocidad en 2018 y 2019 antes de desplomarse repentinamente en 2020. Este cambio de tendencia se explica, en buena medida, por las medidas de protección individuales y colectivas aplicadas entre 2020 y 2022 a raíz de la pandemia de la Covid-19. El confinamiento, la distancia de seguridad entre personas y el uso de mascarilla tuvieron «un impacto en frenar la diseminación de casos de sarampión», explica a Verificat Quique Bassat, pediatra, epidemiólogo y director del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).

Es por ello que este repunte de casos de sarampión, una enfermedad vírica altamente contagiosa que mataba a más de dos millones de personas al año antes de que se desarrollaran las vacunas en la década de 1960, “es relativamente esperable” una vez recuperada la normalidad social, apunta el experto. 

Este último año otras enfermedades víricas como la gripe han recuperado la “normalidad epidemiológica” prepandémica, según explica a Verificat Daniel López, biofísico e investigador del grupo de investigación en Biología Computacional y Sistemas Complejos de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC).

Aunque en 2022 las medidas fueron más laxas que en 2020 y 2021, el uso de la mascarilla en España en interiores siguió siendo obligatoria hasta abril de ese año, y las restricciones no se levantaron completamente hasta 2023. En el transporte público dejó de ser obligatoria en febrero de 2023, y en los centros sanitarios en julio de ese mismo año. Esto, unido a los esfuerzos por recuperar la tasa de cobertura vacunal de las inyecciones que no se pusieron durante los meses más intensos de pandemia, favoreció el reducido número de casos de sarampión en el 2022 en el continente europeo, según Bassat.

El director del ISGlobal atribuye la cobertura mediática y el tono de alarma generado tras este repunte de casos a “una paranoia global de comentar cualquier brote de enfermedad infecciosa”, motivada por “el miedo que llevamos encima desde la pandemia”. 

El experto defiende que se hable de estos brotes (que antes pasaban más desapercibidos), “porque estás dando los argumentos […] para mejorar la cobertura vacunal”, pero recomienda hacerlo “sin alarmismos”.

Respecto al sarampión, muchos artículos en prensa señalan que los casos han multiplicado por 45 respecto al año anterior, pero obvian que el incremento es respecto a una cifra muy baja e inusual. Los 900 casos que se registraron en 2022 en el continente europeo fueron la segunda cifra más baja desde 2006, el primer año con datos. El mínimo de casos antes de la pandemia, de 2016, fue 7 veces mayor que el dato de 2022, y la media de casos entre 2006 y 2017, antes del aumento de 2018, era 26 veces superior.

La situación que tenemos ahora es comparable a la que existía antes de la pandemia. Si analizamos las cifras en términos absolutos, veremos que ahora se han registrado alrededor de 40.000 casos en los primeros once meses del 2023, pero venimos de una situación con más de 100.000 infecciones en el 2019.

¿Qué hay detrás del aumento de casos?

El aumento de casos de sarampión que Europa vive desde el año 2018, se centra, sobre todo, en población no vacunada, según informa el Centro Europeo de Prevención y Detección de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés). Las coberturas vacunales llevan años cayendo en algunos países del continente, como Rumanía y Kazajistán, donde se acumulan buena parte de los casos, dejando así a miles de niños vulnerables a la infección.

Ya antes de la pandemia, la OMS había hecho varios llamamientos para aumentar la cobertura vacunal, lo que coincide con los análisis recientes de la ECDC. Incluso dentro de países con altas tasas vacunales, como España, existen grupos poblacionales que, sea por rechazo a la inyección, o por una mayor dificultad en el acceso a las campañas de vacunación, mantienen unas tasas de inmunización menores. «Es clave identificar y llegar a los individuos elegibles por la vacunación, con el objetivo de que reciban la vacuna a tiempo», concluye la autoridad europea.

Una enfermedad sensible a los cambios en el plan de vacunación

“El sarampión funciona con brotes”, sintetiza Bassat, del ISGlobal. El experto explica que la aparición de estos clusters de casos suele reflejar una caída de la cobertura vacunal, porque es una enfermedad que se propaga tan rápido que es muy sensible a cualquier cambio en la inmunización de la población. «Cuando hay un brote, puedes montar campañas ad hoc de vacunación poblacional en aquellos entornos donde sabes que está cayendo la vacunación». 

La OMS recomienda que los países tengan inmunizado con dos dosis al 95% de los niños menores de 5 años, con el fin de poder evitar brotes epidémicos de la enfermedad y avanzar hacia la erradicación de la enfermedad. España sólo ha cumplido un año con este estándar, en 2007, aunque desde 2003, en el último año con datos, siempre se mantiene por encima del 90%.