Las vacunas de ARNm no son capaces de modificar el ADN

Analizamos un mensaje que afirma que las vacunas de ARNm modifican el genoma humano.


Verificat

[La vacuna de ARNm] es una terapia génica experimental que puede provocar modificaciones en el genoma humano al largo plazo.

Este es uno de los argumentos más repetidos y desmentidos desde que empezó la campaña de vacunación. Sin embargo, las vacunas de ARNm son no terapias génicas experimentales, y no tienen la capacidad de modificar el genoma humano.

Tanto la de Pfizer-BioNTech como la de Moderna son vacunas de ARN mensajero. A diferencia de las de vector viral (AstraZeneca o Janssen) estas no introducen ningún patógeno, ni siquiera modificado, para provocar la respuesta inmunitaria del organismo, sino que incorporan dentro de una cápsula lipídica —una ‘bolita’ de grasa— el ARN mensajero sintético creado en un laboratorio que contiene parte del código genético del virus. Ese código genético es una especie de manual de instrucciones que le dice a las células de nuestro organismo cómo tienen que fabricar una proteína del virus —también llamado antígeno, que en el caso de la covid-19 es la proteína S— para que éste aprenda a identificarlo y poder así atacar al virus correctamente en caso de infección. 

En un artículo publicado en The Conversation Jose María Jimenez Guardeño, investigador del Departamento de Enfermedades Infecciosas del King’s College de London, y Ana María Ortega-Prieto, investigadora asociada postdoctoral también del King's College de Londres, desmienten que el ARN pueda alterar nuestro ADN y, por lo tanto, dañar el genoma. 

Los autores afirman que “la molécula de ARN es muy frágil —tanto, que estas vacunas se tienen que conservar a temperaturas bajísimas— y el tiempo que permanece en las células es muy corto (horas) […] Por lo tanto, este ARN no se quedará dentro de la célula un tiempo suficiente como para poder hacer algo más que producir la proteína de virus y desaparecer”.

Y, por lo tanto, sobre si modifican el ADN y amenazan el genoma humano, se expresan en estos términos: “En resumen, no hay ninguna evidencia científica en base a lo que conocemos sobre biología molecular que indique que el ARN mensajero usado en las vacunas frente al Covid-19 pueda tener la capacidad de alterar nuestro genoma”. 

La autora de la declaración es, de nuevo, es Natalia Prego, pero sobre esta cuestión también opinan en el documental Jon Ander Etxebarria, ex decano del Colegio Oficial de Biólogos de Euskadi (COBE), o Luis Miguel Benito, médico del Hospital Universitario de El Escorial, negando que la inyección pueda considerarse tal cosa. Ambos han sido protagonistas durante la pandemia por emitir mensajes falsos sobre ésta, y sus declaraciones han sido desmentidas por Verificat y otras agencias de verificación españolas.