No hay pruebas de que la radiación del Wi-Fi y otros aparatos electrónicos provoquen cáncer

Tampoco se ha demostrado esta relación con otros aparatos electrónicos del hogar, al contrario de lo que señala una influencer en Instagam


Instagram

¿Qué se ha dicho?

Que la radiación emitida por las antenas Wi-Fi, los teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos afecta a la estructura de las células humanas, causando daños en el material genético e incluso puede provocar cáncer a largo plazo.

¿Qué sabemos?

La radiación emitida por estos aparatos electrónicos es segura y los estudios concluyen que no existe ninguna evidencia que permita afirmar que dicha radiación esté ligada a la aparición de cáncer.

Durante las últimas horas se ha hecho viral un vídeo de una influencer con más de 109.000 seguidores en Instagram donde advierte de los supuestos peligros que la radiación emitida por aparatos electrónicos como teléfonos móviles o antenas de wifi o radio podrían tener sobre la salud . Este vídeo, con más de 48.000 visualizaciones, afirma que esta radiación puede causar daños en el material genético, llevando a desarrollar todo tipo de patologías como el cáncer. Además, la influencer explica su experiencia tras contratar a un supuesto experto para medir las radiaciones de los aparatos de su casa y enseña qué cambios ha llevado a cabo para tener una casa más “saludable”.

El contenido de este vídeo es FALSO. Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS), como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y el Instituto Nacional del Cáncer (NIH) de Estados Unidos aseguran que la radiación no ionizante emitida por los teléfonos móviles, las antenas wifi y otros aparatos electrónicos es segura para el uso cotidiano y los estudios señalan que no existe ninguna evidencia que permita afirmar que la energía emitida por estos dispositivos esté ligada a la aparición de cáncer (1,2).

La radiación [de los aparatos electrónicos] afecta a la estructura de nuestras células […] pudiendo ocasionar […] cánceres

Si pensamos en el término “radiación”, es probable que lo primero que se nos venga a la cabeza sean los rayos UV, los rayos X, algunos elementos radiactivos o las centrales nucleares. Es cierto que todos estos ejemplos emiten una radiación peligrosa para la salud conocida como radiación ionizante, una forma de energía que puede llegar a causar patologías graves, como el cáncer u otras condiciones.

Por otra parte, los teléfonos móviles, las antenas de wifi, el Bluetooth y otros aparatos electrónicos también emiten radiación, pero esta es completamente distinta a la anterior. En realidad, la radiofrecuencia (RF) —la radiación emitida por estos dispositivos— es un tipo de radiación electromagnética clasificada dentro del espectro de la radiación no ionizante, que es considerada segura por diversas agencias de salud, como ya explicamos en Verificat hace unos meses.

Lo que se está estudiando hace años es el fenómeno conocido como electrosensibilidad, un conjunto de síntomas inespecíficos como dolor de cabeza, afecciones cutáneas o fatiga que está relacionado con las ondas electromagnéticas. Aunque consideran que la sintomatología es real y debe tratarse, ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni la Unión Europea consideran que la exposición a las ondas sea la detonante de estas dolencias en los pacientes, que sí establecen su relación, como ya explicamos.

Sin riesgos detectados para la salud

Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS), como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y el Instituto Nacional del Cáncer (NIH) consideran que la radiación emitida por los teléfonos móviles, las antenas de wifi y otros aparatos electrónicos es segura para su uso cotidiano. "Es una radiación poco energética y muy poco intensa de la que no hay evidencias de que, en los niveles habituales, tenga efectos negativos sobre la salud", asegura en un correo electrónico a Verificat Alberto Nájera, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y vocal del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS) del Colegio Oficial de Telecomunicaciones (COT).

De hecho, el único efecto biológico que se ha reportado a fecha de hoy es el calor (1,2), ya que a muy altos niveles de exposición, podrían llegar a calentar partes del cuerpo humano. Por otra parte, al tener en cuenta que la Comisión Internacional de Protección de Radiación No-Ionizante (ICNIRP) establece los límites de seguridad de emisiones que deben cumplir electrodomésticos y aparatos como el móvil.

Además, diversos estudios que han evaluado la relación entre la exposición a esta radiación y la aparición de cáncer, entre ellos el estudio INTERPHONE, realizado a nivel europeo por la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC), han concluido que no existe ninguna evidencia que permita afirmar que la energía emitida por estos dispositivos esté ligada con la aparición de cáncer.

El supuesto experto

En el vídeo viral, la influencer también indica que, para medir esta radiación, llevó a su casa a un supuesto experto en la materia, autor de libros de Feng Shui que se describe como profesor de geobiología —una disciplina que supuestamente estudia los campos energéticos y las radiaciones de los lugares en los que hacemos vida—, para medir las radiaciones que estos dispositivos emitían de su entorno. Tras realizar el análisis, asegura haber eliminado de su casa varios aparatos, entre ellos el wifi, para tener un entorno más "saludable".

La geobiología ya apareció en 2011 en un listado publicado por el Ministerio de Sanidad donde se enumeraban 73 disciplinas consideradas pseudoterapias, las cuales “son todas aquellas sustancias, productos o actividades que tienen finalidad sanitaria, pero no tienen ningún apoyo ni evidencia científica que avale su eficacia y seguridad” tal y como indica el Plan de Protección de la Salud hacia las Pseudoterapias.

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