No es cierto que en España se rompan las nubes para evitar que llueva

Entre 2000 y 2001 se plantearon una serie de preguntas y respuestas a la Comisión Europea al respecto de unas subvenciones concedidas por el Ministerio de Agricultura en términos de sistemas de defensa antipedregada en base a yoduro de plata. Estos sistemas buscan reducir los destrozos provocados por las granizadas más intensas, y en ningún caso tienen la capacidad de disipar nubes. Además, la bandeja que se encuentra en los campos de cultivos se encuentra por debajo del umbral de seguridad y tampoco se acumula en aguas ni sedimentos.


¿Qué se ha dicho?

Que en 2001 Europa denunció que en España se disipaban las nubes para evitar que lloviera mediante yoduro de plata, y que todavía hoy se encuentra plata en la superficie de los campos de cultivos.

¿Qué sabemos?

Entre 2000 y 2001 se plantearon una serie de preguntas y respuestas a la Comisión Europea al respecto de unas subvenciones concedidas por el Ministerio de Agricultura en términos de sistemas de defensa antipedregada en base a yoduro de plata. Estos sistemas buscan reducir los destrozos provocados por las granizadas más intensas, y en ningún caso tienen la capacidad de disipar nubes. Además, la bandeja que se encuentra en los campos de cultivos se encuentra por debajo del umbral de seguridad y tampoco se acumula en aguas ni sedimentos.

Un capítulo de un podcast que acumula casi 500 escuchas en la plataforma iVoox asegura que, supuestamente, en 2001 Europa denunció que “en España se rompían las nubes para evitar que lloviera”, mediante la evaporación de “yoduro de plata” , y que todavía hoy "se encuentra plata en la superficie de los bancales" de tierras cultivadas. Es ENGAÑOSO.

Entre 2000 y 2001, la Comisión Europea registró una serie de preguntas y respuestas -no denuncias, como asegura el podcast- en relación a unas subvenciones que concedió el Ministerio de Agricultura español para instalar sistemas de “defensa antipedregada” ” —unas medidas para reducir los daños de las granizadas en la agricultura— con un método basado en yoduro de plata —un compuesto químico empleado como antiséptico veterinario— para proteger los campos.

Sin embargo, esta tecnología no tiene la capacidad de evitar que llueva o caiga piedra, sino que reduce el tamaño y la fuerza con que caen las piedras a cambio de incrementar la cantidad. Además, los niveles de yoduro de plata medidos en campos de cultivo de zonas que llevan 50 años utilizando estos sistemas se han mantenido siempre por debajo del umbral de seguridad.

“En 2001, Europa denunciaba que en España se rompían las nubes para evitar que lloviera. Seguimos sin demostrar ni explicar por qué se encuentra plata en la superficie de los bancales”

En 2000 los entonces eurodiputados María Sornosa (del Partido Socialista Europeo, PSE) y Carlos-Alfred Gasóliba (del Partido Europeo de los Liberales, Demócratas y Reformistas, ELDR) tramitaron dos preguntas a la Comisión Europea cuestionando una línea de subvenciones abierta por el Ministerio de Agricultura, en términos de “defensa antipedregada” a base de yoduro de plata, que buscaba reducir los daños ocasionados por las granizadas sobre la producción agrícola.

Los eurodiputados cuestionaban si estas medidas podían afectar a la precipitación en una ubicación concreta, dado que, según Gasóliba, “cada vez que se aproxima una tormenta, varias avionetas fumigan la zona con yoduro de plata”. En respuesta, ya a principios del 2001, Margot Wällstrom, entonces comisaria europea de Medio Ambiente, anunció que la Comisión preguntaría a España sobre las subvenciones, pero no realizó denuncia alguna, como asegura el podcast.

Sornosa volvió a formular una cuestión similar en noviembre de 2001. La Comisión aseguró que el Gobierno español había enviado la documentación requerida, que se estaba analizando, sin dar más información al respecto.

Por tanto, no hemos encontrado registros que Europa denunciara ninguna práctica española por “evitar que lloviera”, como asegura el podcast, sino que la Comisión Europea preguntó al Gobierno de España por una línea de subvenciones concedidas para instalar sistemas para proteger los campos de cultivo de las granizadas, y no dio más información sobre la respuesta recibida.

Hacer frente a la piedra

Los sistemas de defensa antigranizo se emplean en varios países —entre ellos España— desde los años 40, y consisten en modificar artificialmente la meteorología para minimizar los daños que las granizadas ocasionan en los campos de cultivo. Estos sistemas no dispersan las tormentas ni pueden provocar sequías, como sugerían los eurodiputados, sino que justamente buscan aumentar la precipitación.

Para que se forme la piedra, es necesario que en las nubes haya núcleos de condensación, partículas sólidas alrededor de las cuales crezcan las diversas capas de hielo. Los sistemas de defensa antigranizo aportan más núcleos en forma de yoduro de plata. Es decir, incrementan el número de piedras de hielo que caerán de la nube, de modo que cada una será más pequeña y, por tanto, causará menos destrozos. Para ello, en España se emplean unos dispositivos situados en el suelo llamados quemadores, donde se quema carbón impregnado de yoduro de plata, un compuesto químico que actúa de núcleo de condensación, y no avionetas, como aseguraban desde la Comisión Europea.

Sin embargo, en general, los resultados de estas medidas varían entre países y el éxito es difícil de cuantificar. "La atmósfera no es un laboratorio donde se puedan reproducir los experimentos en las mismas condiciones tantas veces como se quiera", indica a Verificat Ramon Pascual, jefe del Grupo de Predicción y Vigilancia de la delegación territorial de Aemet en Cataluña, razón por la cual nunca "se podría saber qué hubiera pasado si no se hubieran activado los quemadores".

Las estimaciones de éxito se basan en el seguimiento de los eventos en lugares donde esta práctica se ha llevado a cabo durante muchos años. Los datos sitúan la reducción de la energía de las granizadas entre un 30 y 40% en España y hasta un 50% en Francia.

Es cierto que durante las décadas de 1970 y 1980 se experimentó en España con la liberación de yoduro de plata con avionetas, pero es una práctica desestimada por la falta de resultados en el país y los gastos asociados a la medida. “En 1985 fue el último año en el que se llevó a cabo en España una acción de sembrado con yoduro de plata y avionetas”, asegura a Verificat José Luis Sánchez, catedrático de Física Aplicada en la Universidad de León que encabezó algunos de estos experimentos.

La toxicidad depende de la dosis

Si bien es cierto que el dióxido de plata es tóxico, las cantidades necesarias para reducir el tamaño de la piedra son muy reducidas. En consecuencia, la cantidad de plata que las defensas antipedregada pueden dejar sobre los campos de cultivo ha sido analizada por diversas investigaciones.

Las medidas tomadas en las muestras de tierra cultivable recogidas se encuentran por debajo de los umbrales máximos establecidos por las entidades reguladoras —1 miligramo de plata por cada kilogramo de terreno cultivable—. Tampoco se han encontrado acumulaciones significativas de material en el agua ni en los sedimentos después de 50 años de experimentos.

También la Organización Meteorológica Mundial (WMO) explícita en su informe que “los estudios publicados no han mostrado impactos significativos en la salud humana ni en el medio ambiente debido al yoduro de plata […] usado en operaciones de modificación del tiempo pasadas”.

Las nubes no se rompen

La WMO tiene constancia de otros dos escenarios más allá de los sistemas antipiedra, en los que se emplea (o se ha empleado), en España y en más de 50 otros países, la manipulación meteorológica: para disipar la niebla y para aumentar moderadamente la precipitación en un lugar determinado. Sin embargo, no hay constancia de actividades que “rompan” las nubes y eviten precipitaciones, como asegura el podcast. “No hay ningún fundamento físico que explique la evaporación del agua […] por un sistema nublado mediocre de unos 1.000 km3 que pudiera producir precipitación”, explica la Agencia Española de Meteorología (Aemet) en su blog.

"Si se tuviera una idea de los cientos de miles de toneladas de agua que hay en una nube moderada no haríamos este tipo de afirmación tan descabellada", reflexiona Juan Esteban Palenzuela, meteorólogo del Estado de la Aemet. El experto indica a Verificat que la tecnología disponible permitiría, a lo sumo, provocar la precipitación antes de llegar a un punto concreto que se quisiera proteger, pero sólo en el caso de algunas nubes: aquellas más pequeñas y sin corrientes de aire verticales intensas.

De hecho, en España tampoco existe actualmente ningún proyecto en marcha para incrementar la precipitación, aunque sí se ha experimentado históricamente. El blog de Aemet recoge una experiencia llevada a cabo entre 1979 y 1981 que se abandonó por la falta de resultados, y Palenzuela cita otro de finales de la década de 1980 en Canarias.