Lanzar semillas al campo no es buena idea para combatir la subida de temperaturas

Intentar hacer crecer árboles mediante esta técnica, que se ha hecho viral en WhatsApp, comprende una serie de riesgos


¿Qué se ha dicho?

Que lanzar semillas de frutas al campo puede ayudar a que crezcan más árboles y así combatir las altas temperaturas.

¿Qué sabemos?

Lo más probable es que las semillas que se lancen no terminen germinando porque son estériles o necesitan cuidados especiales, según los expertos. En cualquier caso, no recomiendan esta práctica porque puede acabar alterando los ecosistemas naturales.

Nos habéis remitido a través de nuestro servicio de WhatsApp (+34 666 90 83 53) una cadena viral en la que se insta a la población a lanzar semillas de árboles de frutas de temporada para promover el crecimiento de nuevos árboles y así combatir el aumento de las temperaturas por el calentamiento global. En concreto, el mensaje indica que con “este simple acto, podemos aportar al menos un árbol por cada temporada”. 

Sin embargo, esta en apariencia inocente y bienintencionada práctica comprende el riesgo de acabar “alterando los ecosistemas naturales”, tal y como indica a Verificat Joan Pino, profesor de Ecología en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y director del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), en Barcelona. 

¿Por qué? Si bien es cierto que en muchos casos tirar semillas al campo o a los ríos no tendrá efectos porque, o bien éstas son estériles, o bien se reproducen a través de injertos, hay especies que sí pueden ser fértiles y no ser autóctonas de nuestro país, lo que multiplica las posibilidades de que se conviertan en una especie invasora.

El experto añade que, aunque no sean de fuera, tampoco es recomendable lanzar semillas porque con esa acción estaríamos “alterando las comunidades naturales, sea con especies cultivadas o con especies exóticas que pueden convertirse en invasores”. Lo relaciona con la práctica de liberar mascotas en el campo: “Las plantas parecen ser más inofensivas”, pero no tienen por qué serlo, comenta. 

Además, si las semillas son de árboles frutales “a la hora de transmisiones de plagas y enfermedades a los frutales de cultivo, es imposible el control”, indica a Verificat Mariano Sánchez, presidente de la Asociación Española de Arboricultura. “Cuando aparezca la bacteria Xylella fastidiosa, u otra plaga o enfermedad, esos frutales pueden ser refugio”, alerta.

El caso de la chía en el Besòs

Pino pone como ejemplo el caso de la chía, cuya introducción en ensaladas ha derivado en la proliferación de la planta que la genera en las cuencas del río Besòs, tal y como apuntaron dos investigadores de la UAB en 2020: “La gente la come cruda y normalmente en ensaladas, y al lavar los platos puede ir al fregadero y, de ahí, al río. Así se podría explicar la su dispersión", alertaba en aquel momento a NacióDigital Andreu Salvat, biólogo de la UAB y uno de los expertos que dio cuenta en su momento del hallazgo. 

“Esta en concreto es una especie americana”, puntualiza Pino. El experto añade que, de seguir reproduciéndose en los ecosistemas fluviales catalanes, “puede acabar siendo una invasora”. 

Un árbol normalmente no crece mágicamente del suelo

En cualquier caso, es altamente improbable que un árbol crezca simplemente con arrojar una semilla de una fruta cualquiera al campo: “Normalmente, estos frutales tienen necesidades de condiciones ambientales, debes ayudarlos, mantenerlos en viveros durante los primeros años y plantarlos cuando ya tienen unos cuantos”, resume Pino, quien aclara que “no salen de la semilla directamente”. 

Aunque también indica que puede darse el caso de que sí germinen sin precisar de cuidados previos: “Si vas por Montjuïc, verás que están saliendo unos bosquetes de olivo, que los han llevado los pájaros”, y añade que “los olivos se esparcen bastante”. El caso contrario es el almendro, que “no se esparce demasiado”.

El experto aclara que no cualquier especie que se plante puede ser perjudicial para el ecosistema, como las manzanas golden: “Ya llevan muchos años entre nosotros, y si tenían que expandirse, ya se han expandido”. También pone como ejemplo la higuera, árbol frutal que podemos encontrar tanto en medio de los bosques como en los campanarios, debido a que sus semillas son “transportadas por los pájaros”.

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