Las bacterias no cuentan hasta 5 para saltar a la comida que te ha caído al suelo

La contaminación se puede dar de manera instantánea, y depende más del tipo de comida, el tipo de suelo y lo limpio que esté


¿Qué se ha dicho?

Que si un alimento cae al suelo y se recoge antes de que pasen 5 segundos se puede comer porque entonces no tiene bacterias.

¿Qué sabemos?

Las bacterias pueden saltar del suelo al alimento de forma casi instantánea. El grado de contaminación no depende tanto del tiempo que esté la comida en el suelo, como del tipo de comida, el tipo de superficie y cómo de limpia esté.

Nos habéis preguntado a través de nuestro servicio de WhatsApp por la creencia popular de que si un alimento cae al suelo y se recoge “antes de que pasen 5 segundos”, se puede comer porque entonces “no tiene bacterias”, una idea que ha sido compartida en varios vídeos de Youtube de forma humorística. La creencia de que los microorganismos tardan ese tiempo en saltar al alimento se conoce como la regla de los cinco segundos, pero es errónea.

La escasa investigación científica que se ha llevado a cabo al respecto ha encontrado que la contaminación puede darse de forma inmediata. Aunque el tiempo que dejamos el alimento en el suelo es una variable a tener en cuenta, sus características, la superficie sobre la que cae o la limpieza de esta son factores tanto o más importantes a tener en cuenta.

Dos artículos revisados por pares

La investigación científica que se ha realizado sobre la validez de la regla de los cinco segundos es escasa. Las únicas dos publicaciones revisadas por pares al respecto, una de 2007 y otra de 2016, han llegado a conclusiones similares: aunque el tiempo en que un alimento está en contacto con una superficie contaminada influye en la cantidad de microbios que se transfieren, existen otros factores igual o más importantes que regulan esta contaminación que, de hecho, puede darse de manera casi instantánea.

"La regla de los cinco segundos es una simplificación significativa de lo que realmente ocurre cuando las bacterias se transfieren de una superficie a un alimento", concluye el último trabajo. Los investigadores encontraron cómo los alimentos con mayor humedad, como la sandía, se contaminaban más y más rápido que los secos. Mientras la contaminación de la sandía se produce en menos de un segundo, la cantidad de microorganismos presentes en las gominolas es indetectable incluso pasados 5 minutos.

El material del que esté hecho el suelo también es importante: las superficies más lisas como la baldosa, el acero inoxidable o la madera transfieren mejor los microorganismos que las rugosas, como la alfombra.

El estudio de 2007, además, encontró que la cantidad de bacterias existentes en el suelo influye en el grado en que se contamina el alimento. “Parece que la cuestión no es tanto el tiempo que tu comida permanece en el suelo, como cuánto infestado de bacterias está ese trozo de tierra”, explicaba Paul Dawson, profesor de ciencias de la alimentación en la Universidad de Clemson, en los Estados Unidos, y autor principal del artículo, en The Conversation.

Comer o no comer, esa es la cuestión

“Cuando nos cae un alimento, no tenemos tiempo ni medios para valorar todos los condicionantes, por lo que lo mejor que puedes hacer es no comértelo”, concluye en un artículo en la web del CSIC Javier Sánchez, investigador en compuestos bioactivos, nutrición y salud en el Instituto de la Grasa. Tanto el Departamento de Agricultura de Estados Unidos como el hospital de niños John Hopkins coinciden con esta recomendación.

“En general parece bastante inofensivo comer cosas que hayan caído al suelo durante unos pocos segundos”, rebate el pediatra de la Universidad de Indiana Aaron Carroll en el libro ¡No te tragues el chicle!: mitos, medias verdades y puras mentiras sobre tu cuerpo y salud (página 134). Su conclusión coincide con la de Dawson en The Conversation: “La próxima vez que consideres comer alimentos que hayan caído al suelo, las probabilidades están a tu favor que […] no te pondrás enfermo”, dado que el riesgo de que justo en ese punto existan bacterias capaces de causarnos enfermedades graves es baja.

Al fin y al cabo, las bacterias y otros microorganismos no se encuentran solo en el suelo, sino que también se acumulan, incluso en mayor cantidad, en superficies a las que no prestamos tanta atención, como el móvil, el dinero, el mostrador de la cocina o los interruptores de la luz. "La investigación (y el sentido común) nos dicen que lo mejor que podemos hacer es mantener manos, utensilios de cocina y otras superficies limpias", concluye Dawson.

Trabajos de estudiantes y shows televisivos

La pionera en analizar científicamente la regla de los 5 segundos fue Jillian Clarke, una estudiante de secundaria que realizó una estancia en la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, según reportó la web del centro en 2003. Clarke encontró evidencias de que la contaminación de los alimentos se producía en menos de 5 segundos, aunque el estudio no fue publicado ni determinó el tiempo con mayor precisión.

Un grupo de estudiantes universitarios de Biología de la Universidad de Aston (Estados Unidos) también investigó el mito y encontró, de forma similar a la investigación publicada, que el tiempo en contacto era un factor a tener en cuenta, junto con el tipo de superficie donde caía el alimento. El trabajo tampoco ha sido publicado.

Aunque carezcan de validez académica, tanto los programas televisivos Myth Busters y Food Detectives, como el canal educativo de Youtube VSauce, también llevaron a cabo experimentos al respecto, concluyendo que la regla de los 5 segundos no es un mito apoyado científicamente.

Otros fact-checkers miembros de la International Fact-Checking Network (IFCN) como Maldita o Chequeado también han verificado esta información.

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