El gobierno de Nueva Zelanda no ha aprobado la eutanasia para pacientes con covid-19

Es engañoso que los pacientes con covid-19 puedan optar a la eutanasia. La ley entró en vigor el noviembre del 2021, pero no se ha aprobado exclusivamente ni específicamente para los pacientes con covid-19.


Tuit 7NN Noticias

¿Qué se ha dicho?

Mensajes en las redes afirman que Nueva Zelanda ha aprobado la eutanasia para pacientes con covid-19 y que los profesionales sanitarios que autorizan este procedimiento reciben 1.087 dólares (950 euros) para hacerlo.

¿Qué sabemos?

Nueva Zelanda aprobó la eutanasia en referéndum el 2020 y la ley entró en vigor el noviembre del 2021, pero no se ha aprobado exclusivamente ni específicamente para los pacientes con covid-19. El proyecto de ley estaba aprobado en el Parlamento el noviembre del 2019.

Se han publicado varios mensajes desde finales del 2021 en inglés y también en castellano a principios del 2022 que afirman que el gobierno de Nueva Zelanda ha aprobado la eutanasia por pacientes con covid-19. Es ENGAÑOSO. La muerte asistida es legal en este país desde el 7 de noviembre del 2021, pero no se explicita en ningún caso que sea por enfermos contagiados con el virus del SARS-CoV-2. La nueva ley es para pacientes con una “enfermedad terminal que posiblemente pondrá fin a su vida en seis meses” y que se encuentran en un “estado de deterioro avanzado e irreversible”. 

“En Nueva Zelanda, la nueva ley de eutanasia permitirá que los pacientes enfermos por coronavirus decidan si continuar con su vida o no”

El diciembre del 2021 se hizo viral un tuit en inglés que afirmaba que los pacientes ingresados por covid-19 podían morir por eutanasia si los médicos decidían que no podían sobrevivir. El mensaje citaba un artículo del Catholic Herald que referenciaba una consulta que había hecho la plataforma Defend NZ, contraria a la ley de la muerte asistida, al Ministerio de Salud. Esta plataforma preguntó si “un paciente hospitalizado grave por covid-19 podía optar al suicidio asistido o la eutanasia”. El Ministerio de Salud respondió: “La elegibilidad se determina caso por caso; por lo tanto, el Ministerio no puede hacer declaraciones definitivas sobre quién es elegible. En algunas circunstancias, una persona con covid-19 puede optar por la muerte asistida”.

Estas palabras se sacaron de contexto, puesto que los pacientes con covid-19 no pueden optar a la muerte asistida, solo en casos excepcionales en que cumplen otros requisitos médicos, como tener un deterioro físico irreversible y sufrir una enfermedad terminal que probablemente acabará con la vida del paciente en 6 meses. Además, a pesar de que entró en vigor el noviembre de 2021 después de un referéndum el 2020, el proyecto de ley para legalizar la eutanasia ya se había aprobado el noviembre del 2019 (antes del primer caso detectado de coronavirus) en el Parlamento neozelandés. En cualquier caso, sí que se pueden dar casos en que los pacientes que solicitan la eutanasia cumplen con las condiciones establecidas y, además, tienen una infección por SARS-CoV-2, como volvían a explicar desde el Ministerio de Salud en esta verificación de Reuters

Unos días más tarde de la publicación en inglés, la desinformación se empezó a difundir en español. Una publicación en Twitter afirmaba que “Nueva Zelanda y varios países de la UE empiezan a aplicar la eutanasia a pacientes con *covid”. Para referirse en “varios países de la UE”, la periodista solo hace referencia en Suiza (país que no forma parte de la Unión Europea) donde según dice se ha aprobado una “cápsula de suicidio asistido”, una información que también es falsa según esta verificación de Newtral.

Requisitos para optar a la eutanasia en Nueva Zelanda

Según la Ley de elección del final de la vida, se tienen que cumplir los siguientes requisitos para pedir la eutanasia:

  • Ser mayor de 18 años
  • Ser ciudadano o residente permanente de Nueva Zelanda
  • Sufrir una enfermedad terminal que probablemente ponga fin en tu vida en un plazo de 6 meses
  • Estar en un estado avanzado de deterioro irreversible de la capacidad física
  • Tener un sufrimiento insoportable que no pueda aligerarse de una manera que la persona considere tolerable
  • Ser competente para tomar una decisión informada sobre la muerte asistida

Además, como una garantía adicional, los profesionales sanitarios no pueden sugerir la muerte asistida a un paciente, sino que tiene que ser este quién lo tiene que plantear en primer lugar, según también indica la legislación. Además de esto, una vez el profesional que atiende el paciente considera que este reúne todos los requisitos, es necesaria la validación de un segundo médico independiente y en algunos casos incluso se puede pedir que uno psiquiatra evalúe que la persona en cuestión es competente para tomar una decisión informada. 

Los pacientes con covid-19 lo podrían pedir?

La médica Marta Guix, del servicio de oncología del Hospital del Mar de Barcelona y miembro del Comité de Ética de este, explica a Verificat que pedir la eutanasia por una enfermedad infecciosa, como es el caso de la covid-19, “sería muy excepcional” y se podría dar solo en casos en que el paciente tenga otras patologías acumuladas. “Pedir la muerte asistida solo por la covid-19 es muy poco justificable”, afirma. 

En el mismo sentido, la doctora Victòria Martorell, que dirige el departamento de servicios del Hospital de Sant Pau de Barcelona y trabaja en salud mental, enfermedades minoritarias y bioética, apunta que la covid-19 es una enfermedad aguda con una evolución rápida en la mayoría de casos. En cambio, una persona que pide la eutanasia se encuentra en otra casuística, “el proceso es lento, premeditado y frío” y, precisamente, se aplica porque aunque la persona siga respirando considera que no puede tener unas condiciones óptimas de vida.

En el caso de Nueva Zelanda la ley habla de “deterioro irreversible” pero en el caso de la ley española, también aprobada el año pasado, se habla de “sufrimiento grave, crónico o imposibilitante”. Martorell explica que estas situaciones se dan en pacientes que tienen, por ejemplo, “enfermedades neurocognitives, que ya se sabe cómo cursan y para las cuales no existe tratamiento” más allá de las curas paliativas. Guix añade que la inmensa mayoría de los pacientes con covid-19 son leves, y los que están graves o en las unidades de cuidados intensivos en muy pocos casos pueden llegar a estar en una situación irreversible: “No es generalizable en absoluto, porque la covid-19 no se considera una enfermedad terminal”.

No hay retribución por los empleados públicos

La noticia publicada en castellano por la web 7NN Noticias explica que los médicos que participan en la muerte asistida en Nueva Zelanda reciben una remuneración de 1.087 dólares (950 euros). Esta retribución, pero, solo se da en los casos en que los profesionales sanitarios no forman parte de la red pública de salud

En el caso de los médicos privados sí que pueden recibir una retribución en función de la implicación que hayan tenido en el proceso, que está dividido en cinco “módulos” según la guía por el personal sanitario. Por lo tanto, un médico sí que puede recibir 1.087 dólares para administrar las medicinas que acaban con la vida de una persona (módulo 5 de la guía), siempre y cuando no esté adherido al sistema público de salud. 

Cómo se detalla al sitio web del Ministerio de Salud, los médicos y enfermeros que trabajen “en la práctica privada y en otros entornos que no formen parte de la Junta de Salud del Distrito (DHB, por sus siglas en inglés) pueden recibir financiación en base a honorarios” por los servicios que proporcionan. Al contrario, los empleados públicos no reciben ninguna remuneración extra para realizar este procedimiento médico, como también indica la guía para el personal sanitario de los servicios no financiados por el DHB.