Retrocedemos para avanzar: ¿qué es Internet?

Esta herramienta ha transformado la manera de comunicarnos y de acceder a la información

Mà d'una persona treballant amb l'ordinador

Desde que tenemos conexión a Internet, nuestras opciones han aumentado exponencialmente: podemos buscar información sobre cualquier tema, conectar con personas que están en la otra punta del mundo o reservar entrada para las atracciones turísticas del lugar donde iremos de vacaciones el próximo verano. Se abre un abanico de posibilidades casi infinitas, que sigue creciendo cada día y que, en general, ha mejorado nuestra vida.

¿Pero sabríamos definir qué es y cómo funciona esta herramienta? Internet es una red global que conecta los ordenadores u otros dispositivos con conexión a todo el mundo, y que permite la comunicación entre ellos para compartir información y recursos.

Los usuarios tienen acceso a ellos gracias a los proveedores de Internet (Internet service providers o ISP, por sus siglas en inglés) que, gracias a los avances, han podido desarrollar las conexiones inalámbricas o wireless.

Historia de Internet

Los primeros registros de existencia de esta red datan de la década de 1960, cuando empezó a ser usado por algunos gobiernos, como el estadounidense, para compartir información. Sin embargo, la “fecha de nacimiento” de Internet se considera el 1 de enero de 1983, cuando se creó un lenguaje universal que permitía a todos los ordenadores comunicarse: el Transfer Control Protocolo/Internetwork Protocol (TCP/IP), un conjunto de protocolos esenciales para la transmisión de datos a través de la red. En ese momento, la red se convirtió en una herramienta disponible para el público general.

En octubre de 2023, se estimaba que aproximadamente 5,3 mil millones de personas (aproximadamente un 66% de la población mundial), tenía acceso a Internet. Y actualmente el número sigue creciendo con la aparición de la tecnología inteligente, que permite la conexión inalámbrica.

El acceso inalámbrico (wireless) a una red por cable es posible gracias a los puntos de acceso inalámbrico (wireless access points o WAP), que proporcionan un puente entre ordenadores y redes. Teóricamente, un WAP podría tener la capacidad para conectar cientos o incluso miles de usuarios inalámbricos a una red, aunque en la práctica esta capacidad puede ser mucho menor.

Pero no es la única forma de conectarse. Los móviles requieren una tecnología distinta, conocida como conexión vía satélite. Desde la aparición de internet, el satélite ha ido cayendo cada vez más en desuso, pero en aquellos puntos a los que no llega Internet por cable ni la fibra óptica, una de las principales opciones es internet por satélite. El origen de la señal viene de un satélite ubicado en el espacio exterior, lo que garantiza que la comunicación no dependa de una instalación terrestre y permite reducir los inconvenientes por falta de señal móvil en cualquier situación (por ejemplo, en zonas sin cobertura de la montaña o en medio del mar).

Cada ordenador conectado a Internet tiene una dirección IP única, que se utiliza para identificarlo y localizarlo en la red. Las siglas corresponden a Internet Protocol (en inglés), un término que hace referencia a las reglas que rigen el formato de los datos enviados a través de Internet o la red local. Las direcciones IP son un identificador que permite a los usuarios enviar información entre dispositivos de una red y están formadas por números, separados por puntos. Un ejemplo podría ser: 146.30.222.16.

Los navegadores web

Un navegador o explorador web es una aplicación utilizada para acceder a páginas web y visualizarlas. Los navegadores traducen el HTML —el idioma utilizado para crear páginas web— al contenido que aparece en la ventana del navegador.

Pero antes de entrar de lleno, habría que entender qué es la World Wide Web (WWW). Estas letras que tenemos tan vistas corresponden a una red de sitios que se pueden buscar y mostrar a través de un protocolo llamado HyperText Transfer Protocol (HTTP). El concepto surgió cuando Tim Berners-Lee, un científico británico que trabajaba en el CERN, publicó un artículo en 1989 y, posteriormente, en 1990, montó, junto a su equipo, el primer navegador gratuito y el primer servidor, que permitían navegar por las web pages.

Una confusión común es creer que Internet y la WWW son lo mismo. No es así: Internet existía mucho antes, y corresponde a una red inmensa de ordenadores en todo el mundo que están conectados entre sí (sería como la infraestructura); en cambio, la WWW es una enorme colección de páginas a la que se puede acceder con Internet (serían los vehículos que circulan por la infraestructura). Cuando navegas con el ordenador, estás usando Internet para acceder a la WWW. Internet existía antes que la WWW, pero no se había desarrollado una forma de conectarlo con todos los documentos, datos, etc. de las que ahora dispone.

De hecho, con Internet podemos acceder a la WWW, pero también a multitud de otros servicios: el correo electrónico, a un servicio de transferencia de archivos, a plataformas de streaming de vídeo, a juegos online, etc.

Algunos de los navegadores web más conocidos son los siguientes:

  • Internet Explorer: diseñado por Microsoft, ha sido el navegador más utilizado durante muchos años, aunque actualmente ya no se encuentra en el mercado.
  • Microsoft Edge: también diseñado por Microsoft, es la alternativa usual al ya conocido Internet Explorer y, según la empresa creadora, ofrece el conjunto más completo de herramientas integradas de aprendizaje y accesibilidad a la web.
  • Mozilla Firefox: su punto destacado, según indica la propia web del navegador, es que recopila pocos datos sobre el usuario porque «no tenemos ningún interés económico en seguirte por la web». La empresa que lo ha diseñado es Mozilla.
  • Google Chrome: desarrollado por Google, la empresa destaca su rapidez y rendimiento.
  • Safari: este navegador web, desarrollado por Apple, destaca, según los propios creadores, por ser “superrápido” y “requeteprivado”.

Qué es un buscador y por qué me enseña una información y no otra

Un navegador o buscador web es un programa que permite al usuario reproducir documentos de hipertexto —generalmente escritos en HTML— desde servidores web situados en cualquier lugar del mundo.

Los motores de búsqueda utilizan una combinación de distintos algoritmos y técnicas para seleccionar la información y presentar los resultados de búsqueda a los usuarios. ¿Qué es clave en los resultados que obtenemos cuando realizamos una búsqueda? Tal y como explica Google, el buscador por excelencia, se tienen en cuenta muchos factores, como las palabras que escogemos cuando hacemos consulta, la relevancia y usabilidad de las páginas, el grado de especialización de las fuentes o la ubicación de quien hace la búsqueda. El peso de cada factor cambia en función de la naturaleza de la consulta. Por ejemplo, si buscamos un servicio, seguramente la ubicación en la que nos encontramos tendrá un peso más importante que otros factores.

Google no es el único buscador, pero sí el más utilizado. Otros son, por ejemplo, Bing (desarrollado por Microsoft), Yahoo o Ecosia —un motor de búsqueda que da un 80% de sus ingresos a la reforestación de los bosques tropicales—.

Los buscadores utilizan la personalización, es decir, la adaptación de los contenidos a los intereses de cada uno. Esta técnica permite obtener resultados adaptados de acuerdo con la actividad y comportamiento que tenemos en las redes (búsquedas, clics, etc.).

Deep Web y dark Web

A diario accedemos a bases de datos privadas, como nuestro buzón de entrada del correo electrónico o a la cuenta de nuestra tarjeta de crédito. Estas webs no están indexadas por los motores de búsqueda y están protegidas detrás de muros de seguridad, formularios de autenticación y contraseñas: es lo que se conoce como deep web.

La deep web engloba toda aquella información que no está disponible de forma pública: las intranets de algunas empresas o centros educativos, bases de datos bancarias, historiales médicos, etc. Sorprendentemente, este cajón contiene el 90% de todo el contenido de Internet, comparado con el 5% que correspondería al contenido que tratamos de forma habitual.

Y dentro de la deep web encontramos la dark web, un conjunto de webs que requieren herramientas especiales de descifrado y configuración para acceder a ellas. Se utiliza principalmente con objetivos que requieren anonimato: ventas ilegales (de armas, de fármacos, etc.) o disidencia política en países con alto grado de censura, por ejemplo. Para acceder se necesitan navegadores específicos (Tor Browser) que evitan los rastreadores y anuncios de terceros, por lo que no pueden seguirte. Las cookies se borran automáticamente cuando acabas de navegar.

Font: Wikimedia Commons

Una herramienta extraordinaria que debe usarse con criterio

Internet es la tecnología que nos permite estar conectados y disponer de un enorme volumen de datos al alcance de un clic. Ha transformado la forma en que nos comunicamos y cómo accedemos a la información, y además, ha dado lugar a conexiones globales y a un intercambio de ideas y proyectos a una escala que nunca se había visto. La red sigue evolucionando y creciendo, lo que impactará significativamente en nuestras vidas y nuestra forma de interactuar con la tecnología.

Por eso, la AMI resulta esencial y lo será aún más a medida que se produzcan cambios, para dotar a las personas de las capacidades suficientes para utilizar la tecnología de forma responsable y efectiva. La educación en este aspecto ayudará también a mitigar algunos de los posibles riesgos asociados al acceso a Internet —como podrían ser problemas de privacidad o seguridad, o proliferación de información falsa en redes—.

La globalización del fenómeno nos permite acceder a multitud de culturas y crear una red en la que hay cabida para todos. Ahora bien, habrá que trabajar para reducir la brecha digital y dar las mismas oportunidades de acceso a todas las personas, independientemente del lugar en el que se encuentren y de las condiciones económicas que tengan.