No hay datos para concluir que en Cataluña los catalanohablantes tienen menos fracaso escolar que los castellanohablantes

Circula en redes sociales una imagen en la que se afirma que a causa de …

Circula en redes sociales una imagen en la que se afirma que a causa de la inmersión lingüística en Cataluña el fracaso escolar es más elevado entre las personas que tienen el español como lengua materna que entre los estudiantes cuya primera lengua es el catalán. Es falso: no hay suficientes datos para llegar a estas conclusiones. Solo los resultados de una única oleada del informe PISA, la de 2015, permiten extrapolar estas diferencias, pero las desigualdades no se observaron en las ediciones de 2003, 2006, 2009, 2012 ni 2018.

El gráfico viral apunta a que el fracaso escolar en la Comunidad de Madrid es del 9,4%, mientras que en Cataluña es del 23,7%, que se dividiría, supuestamente según los datos del informe PISA de 2018 y la OCDE de 2019, entre catalanohablantes (17,5% de fracaso escolar) y castellanohablantes (30%). Para empezar, el informe PISA no mide el fracaso escolar, sino que evalúa las competencias de los alumnos en tres materias: comprensión lectora, ciencias y matemáticas. 

Miyako Ikeda, la analista principal del estudio de referencia sobre el nivel educativo en los países de la OCDE, explica a Verificat que la puntuación va de 0 a 6. Los alumnos que logran menos de 2 se considera que han suspendido, pero de ese dato no se puede extrapolar el de fracaso escolar, que es el número de alumnos que abandonan los estudios sin una titulación. Tampoco hay que confundir el fracaso escolar con el abandono temprano de los estudios, que en la Comunidad de Madrid alcanzó en 2018 el “mínimo histórico” hasta ese momento del 11,9% (el año siguiente ya era del 10%), mientras que en Cataluña sí es más alto, pero se situaba en el 17,4% en 2020. 

El Departament d’Ensenyament publica el número de alumnos que al terminar 4º de la ESO no promocionan. En el curso 2019-202, fueron 7.552 sobre los 74.605 que se evaluaron en ese nivel (algo más del 10%). En la Comunidad de Madrid, esa cifra se mantuvo en torno al 15% entre 2009 y 2017, según datos oficiales. El departamento de prensa de Educación de Cataluña advierte, sin embargo, que esta no es la cifra de fracaso escolar (aquellos estudiantes que abandonan la secundaria sin haber obtenido el título) porque de este dato no se puede deducir que todos abandonan (algunos podrían repetir o seguir en una Formación Profesional).

Los datos brutos del informe PISA

El informe PISA, el principal estudio de referencia sobre el empeño de los estudiantes de 15 años de todos los países de la OCDE se presenta cada tres años y no ofrece información desglosada por la lengua materna. Sin embargo, los datos en bruto que recopila la organización sí que ofrecen detalles sobre los alumnos que han hecho las pruebas. Por ejemplo, se puede saber qué origen socioeconómico tienen, en qué tipo de colegio estudian o cuál es su situación familiar. En Cataluña, en la edición de 2018 del informe PISA, participaron 217 estudiantes que tienen el catalán como lengua materna y 366 que usan primordialmente el español. 

Ikeda explica que esta información hay que tomarla con cautela porque no está pensada para ser estadísticamente significativa para cada una de las categorías en un territorio, sino por el total de cada territorio. “Es posible calcular puntuaciones medias dentro de estos dos grupos, pero los resultados pueden tener un margen de error más grande dado el tamaño limitado de la muestra”, apunta.

Desigualdades educativas provocadas por la lengua y el informe de 2015 

Teniendo en cuenta las últimas seis oleadas del informe PISA, la Fundació Bofill, que analiza los resultados trienio a trienio, nos ha explicado que “los resultados de las pruebas PISA han ido evidenciando, edición tras edición, que no existen, con carácter general, desigualdades educativas provocadas por la lengua hablada en casa. Es decir, los alumnos que tienen el castellano como lengua de uso familiar no se ven perjudicados por el predominio del catalán en la escuela a la hora de adquirir los aprendizajes”.

El estudio Efectos de la inmersión lingüística sobre el alumnado castellanoparlante en Cataluña, basado en los datos del informe PISA 2015, concluye que sí hay diferencias, pero solo en dos de las tres pruebas realizadas y específicamente en ese año (matemáticas y comprensión lectora). 

“Las diferencias que se observaron ese año fueron significativas, pero son solo dos de las 18 pruebas que se han realizado entre 2003 y 2018”, explica a Verificat Gerard Ferrer, investigador en Sociología de la Universitat Autònoma de Barcelona y analista de los datos PISA para el anuario de la Fundació Bofill. “Las conclusiones sobre el informe de 2018 [datos que supuestamente cita el gráfico viral que estamos analizando] vuelven a demostrar que las diferencias no existen”, apunta. PISA publica los informes de países y comunidades autónomas y solo a partir de entonces la Fundació Bofill pasa a explotar los datos a nivel interno de Cataluña.

Origen de los estudiantes castellanohablantes

El último anuario de la Fundació Bofill concluye que los alumnos que hablan catalán en casa obtienen 33,8 puntos más en matemáticas, por ejemplo, que lo que hablan otros idiomas. “Pero esta diferencia se reduce prácticamente a cero y deja de ser estadísticamente significativa cuando se controla el impacto que generan variables individuales como el sexo, la repetición, el estatus socioeconómico y el origen inmigrante”, apunta.

Estos son los datos que no tiene en cuenta la desinformación que circula sobre el desempeño de los castellanohablantes. Un documento que ha tenido impacto en los últimos años es La educación Pisa en Cataluña, un texto de 2015, firmado por Convivencia Cívica Catalana, una organización conocida por sus posturas contrarias a la inmersión lingüística (la política de la Generalitat de priorizar el catalán en la enseñanza pública del territorio). 

Xavier Vila, catedrático de Filología Catalana de la Universidad de Barcelona y experto en sociolingüística, nos ha explicado que el estudio de Convivencia Cívica Catalana, que asegura en su introducción hacer un análisis alternativo de las bases de datos de la OCDE, está mal planteado. El índice muestra los resultados por sexo (chicos y chicas), tipo de centro (público y privado), repetidores/no repetidores y nivel socioeconómico y cultural, pero no diferencia entre los estudiantes nacidos en España y fuera del país.

“Una de las características de la sociedad catalana es que hay personas bilingües y no lo han tenido en cuenta. Además, hay castellanoparlantes que llevan tres generaciones en Cataluña y se han formado aquí, mientras que hay otros que pertenecen a familias latinoamericanas que pueden llevar un año en este sistema educativo y todavía no se han adaptado”, explica. Para ser precisos y ver si la inmersión lingüística puede estar provocando desigualdad por motivos de lengua de origen, habría que separar los dos grupos y estudiarlos por separado, apunta. 

Cataluña en comparación con España

El documento de Convivencia Cívica Catalana compara el desempeño de los estudiantes castellanoparlantes de Cataluña con el global de Madrid, Aragón y Navarra, todas ellas con la educación en castellano, pero con características socioeconómicas distintas, según apunta Vila. 

En los datos del informe PISA, Cataluña es quinta de España en comprensión lectora y está por encima de la media en matemáticas y ciencia. En las primeras posiciones suele estar Castilla y León, Cantabria o Asturias. Más allá de las diferencias entre estudiantes por su idioma nativo, el informe refleja la desigualdad en los resultados educativos entre los alumnos de familias desfavorecidas y los de familias más acomodadas. En Cataluña, la diferencia es significativa, como en Aragón o Murcia, mientras que en Navarra o Castilla y León, no lo es tanto (página 65), aunque eso no tiene por qué necesariamente estar vinculado al idioma materno. 

Convivencia Cívica Catalana respondió a Verificat que los datos están desactualizados y que ya no responden por ellos.

 De media, Cataluña tiene un abandono escolar más alto que Madrid, pero es la novena comunidad autónoma en abandono, según los datos del Gobierno español correspondientes al 2020, por detrás Baleares, Andalucía o Castilla-La Mancha, entre otras. “La zona mediterránea de España tiene la característica de tener sociedades más heterogéneas y aquí buena parte del fracaso escolar está vinculado a la oferta laboral relacionada con el turismo a la que puedes entrar ya con 16 años y ganar un sueldo que, a esa edad, es muy atractivo”, explica Vila.