Ni es un coronavirus ni afecta solo a las vacas: ¿qué sabemos del virus que ocupa portadas?

La enfermedad hemorrágica epizoótica infecta también ciervos y ovejas, nada tiene que ver con la covid-19 (la causa una familia de virus diferente) y no se transmite a los humanos


En los últimos días, diversos medios han informado de la rápida expansión de una enfermedad que afecta a las explotaciones vacunas de diversas comunidades autónomas españolas, y que han bautizado como “covid de las vacas”. En realidad, pero, esta infección afecta a diversos rumiantes (no solo vacas), no tiene nada que ver con el covid-19 (la causa una familia de virus diferente) y no se transmite a los humanos. ¡Te lo contamos!

En las últimas semanas, los titulares que alertan de la rápida expansión de lo que llaman “el covid de las vacas” se han multiplicado. El sobrenombre apareció en los medios por primera vez el 13 de septiembre, cuando tanto El País como La Gaceta Regional de Salamanca se hicieron eco de la metáfora utilizada por ganaderos y veterinarios de las zonas afectadas por la expansión de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) que afecta actualmente a los rebaños. Con el paso de los días, el contexto se ha perdido, y los titulares pueden dar la impresión que tras la enfermedad en expansión se encuentra un coronavirus o, incluso, que puede afectar al ser humano.

En realidad, pero, la EHE la causa un virus de la familia Reoviridae, un subgrupo vírico completamente diferente al Coronaviridae —familia que engloba el virus del SARS-CoV-2, causante del covid-19—. Además, la enfermedad vírica infecciosa afecta a rumiantes domésticos y salvajes, tal como indica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en su web, pero no personas.

La enfermedad hemorrágica epizoótica afecta a rumiantes, especialmente al ganado vacuno y ciervos, pero el virus puede infectar ovejas, aunque estas no presenten signos clínicos de la enfermedad”, explica Javier Ortego, investigador del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA/CSIC), en declaraciones a Science Media Centre. De hecho, esta infección ha afectado históricamente a los rumiantes salvajes, particularmente a los ciervos de cola blanca de América del Norte, circulando también por Australia, Asia i África. Aún y así, no fue hasta mayo de 2008 que fue incluida en el listado de enfermedades de notificación obligatoria de la Organización Mundial de Sanidad Animal (WOAH, por sus siglas en inglés), después de notificarse diversos brotes en cuatro países del Mediterráneo. 

El 10 de noviembre del 2022, las autoridades italianas comunicaron la detección del virus en explotaciones de ganado vacuno de la isla de Cerdeña, advirtiendo seguidamente de nuevos casos en Sicilia. Poco después, esta infección, nunca detectada con anterioridad en la Unión Europea, fue notificada por primera vez en España el 18 de noviembre del 2022

Más de 100 focos

Pero, si esta enfermedad ya fue detectada en 2022, ¿por qué ocupa portadas estos días? El pasado 6 de julio un informe de seguimiento publicado por la Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria confirmaba la presencia del virus en tres ciervos en el municipio de El Pedroso, provincia de Sevilla, y en una explotación vacuna en la provincia de Huelva. Los focos aumentaron rápidamente en las dos actualizaciones posteriores (del 14 y 17 de septiembre repetidamente), la cual cosa generó una alarma en la Península que provocó las primeras restricciones en los movimientos de ganado entre provincias andaluzas, extremeñas y castellanomanchegas y otros estados de la Unión Europea.

Los informes de seguimiento posteriores, del 24 y el 31 de julio, alertaban de la aparición de nuevos casos, llegando hasta las provincias de Badajoz, Albacete y Toledo, y endureciendo las restricciones de movimiento de ganado a escala nacional. Sin embargo, las comunicaciones del mes de agosto todavía notificaban la presencia de nuevos casos (1,2,3) y los documentos informativos de septiembre (1,2) advertían de la existencia de brotes, tanto en explotaciones vacunas como en ciervos, en las provincias de Segovia, Salamanca, Toledo, Asturias, Cantabria o Ávila, entre otras. El último informe en el momento de publicar este artículo fecha del 20 de septiembre de 2023 y confirma la presencia de más de 100 focos repartidos a lo largo de la península Ibérica, una situación nada similar a la del 2022 —cuando solo se detectaron 11 focos —.

Además de las restricciones de movilidad de ganado impuestas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación del gobierno español, actualmente se están llevando a cabo medidas de control vectorial, es decir, de eliminación del organismo que transmite la infección. En este caso, al tratarse de un mosquito, se recomienda el uso de insecticida y repelentes en las instalaciones ganaderas, así como en los medios de transporte y en las zonas de cría de ganado.

No hay transmisión a los humanos

Aún y las preocupaciones que estos focos están causando entre los ganaderos españoles, esta enfermedad, transmitida por mosquitos del género Culicoides, no afecta a los humanos, tal como indica la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Comunidad Valenciana en un comunicado. De hecho, en las sucesivas actualizaciones del Ministerio de Agricultura, se indica que “no se establece ningún tipo de restricción en relación con el movimiento o consumo de productos de estos animales (carne, leche, piel, etc.), dado que la EHE no es una enfermedad que afecte al ser humano”

Aún a sabiendas de no contagiarse a humanos, actualmente no hay vacuna que pueda prevenir a los ganados de esta enfermedad, la cual presenta como principal síntoma la coloración azulada de la lengua, acompañada en algunos casos de fiebres, pérdida de peso, diarrea, hemorragias, úlceras e, incluso, la muerte del animal. “En las explotaciones de ganado vacuno afectadas, los animales infectados han presentado signos clínicos […] que remiten aproximadamente en 15 días, siendo la mortalidad inferior al 1%” concreta Ortego, del CISA-INIA/CSIC.