La evidencia recopilada por la Casa Blanca no demuestra ninguna relación causal entre el paracetamol durante el embarazo y el autismo

Donald Trump pidió a las mujeres gestantes que no tomasen el medicamento, contradiciendo las indicaciones científicas

Donald Trump pidió a las mujeres gestantes que no tomasen el medicamento, contradiciendo las indicaciones científicas

US President Donald Trump (R), alongside Secretary of Health and Human Services Robert F. Kennedy Jr. (L), speaks about autism in the Roosevelt Room of the White House in Washington, DC on September 22, 2025. (Photo by SAUL LOEB / AFP)
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¿Qué se ha dicho?

Que varios estudios científicos avalan que tomar paracetamol durante el embarazo aumenta el riesgo de que el infante sea diagnosticado con el Trastorno del Espectro Autista.

¿Qué sabemos?

Que se trata de estudios observacionales que no permiten establecer una relación de causa-efecto. Otros trabajos no han encontrado relación alguna. Entidades sanitarias de todo el mundo han emitido comunicados contrarios a la tesis de la Administración Trump.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, pidió el lunes a las mujeres embarazadas estadounidenses que no tomen paracetamol. «Tomar Tylenol [la marca con la que se comercializa en Estados Unidos este principio activo] no es bueno», afirmó en una comparecencia de prensa junto a Robert F. Kennedy Jr., Secretario de Estado de Salud, durante la que vinculó en reiteradas ocasiones la ingesta del fármaco en los meses de gestación con el autismo en infantes. «No hay ninguna desventaja en no tomarlo», aseguró.

El anuncio conllevó la reacción de decenas de entidades científicas que contradicen las aseveraciones de Trump y defienden que el paracetamol, cuando se toma siguiendo los consejos médicos, es seguro durante el embarazo. El Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología, la Sociedad de Medicina Materno-Fetal, la Asociación Americana de Pediatría, la Agencia Reguladora de Medicinas y Productos Sanitarios de Reino Unido, la Administración de Bienes Terapéuticos de Australia o la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, son algunos de estos ejemplos.

La Casa Blanca respondió a estos comunicados con uno propio en su página web en el que recopilaba pruebas científicas que, supuestamente, demuestran que «la evidencia sugiere que el uso de acetaminofén [paracetamol] en mujeres embarazadas, especialmente, en etapas avanzadas de gestación, puede causar efectos neurológicos a largo plazo en sus hijos». El texto cita cinco artículos científicos, algunos de ellos, más de una vez. Ninguno establece una relación causal. ¡TE LO EXPLICAMOS!

Dos estudios observacionales y una revisión

La Administración Trump no ha presentado ningún estudio nuevo, sino que se basa en investigaciones ya publicadas. El grueso de la evidencia que presenta son, de hecho, los resultados de dos informes (uno de 2019 y el otro de 2020) y una revisión (publicada este mes de agosto). En todos los casos, los autores ven una asociación entre la ingesta de paracetamol durante el embarazo y un mayor riesgo de diagnóstico de autismo en infantes, pero no pueden establecer una relación causal. Es decir, según estos estudios, quien consume el fármaco tiene más probabilidades de tener un hijo diagnosticado con el trastorno, pero las investigaciones no pueden determinar si una cosa causa la otra o si hay otro factor determinante que no tengan en cuenta.

Esto sucede porque ambos artículos, como también los que incluye la revisión, son observacionales. Los autores sugieren un grupo de población y estudian sus características y evolución. Este diseño, sin embargo, dificulta extraer relaciones de causalidad, ya que factores que no se han tenido en cuenta podrían jugar un papel importante. Lo hemos explicado anteriormente (aquí, aquí o aquí, por ejemplo).

Trump obvió este matiz durante su rueda de prensa. Tampoco aparece en el comunicado de la Casa Blanca. Del mismo modo, las comunicaciones estadounidenses esquivan también que hay estudios que no han encontrado dichas asociaciones, tal como apuntan en Science Media Centre (SMC) Monique Botha, profesora asociada de Psicología Social y del Desarrollo en la Universidad de Durham, y Dimitrios Siassakos, consultor honorario de Obstericia en el University College London Hospital, ambos centros de Reino Unido. En particular, citan una gran investigación sueca que siguió a 2,5 millones de infantes y no encontró relación alguna.

Un comunicado que el departamento de prensa de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) ha hecho llegar a Verificat asevera que «el paracetamol se considera un medicamento seguro durante el embarazo» y que «los datos actuales no justifican suspender el uso de paracetamol cuando es clínicamente necesario».

De hecho, otro hecho omitido por el presidente estadounidense es que la fiebre y el dolor de la madre durante el embarazo conllevan un mayor riesgo de complicaciones como el aborto, los defectos del tubo neural y el nacimiento prematuro, entre otros. Alternativas habituales como el ibuprofeno están contraindicadas durante distintas etapas de la gestación, de forma que el paracetamol es a menudo la única herramienta disponible para paliar el dolor y bajar la temperatura. En consecuencia, es falso que no haya «desventaja alguna» por no tomar el fármaco, como asegura el presidente de los Estados Unidos.

Un consenso polémico

Otro de los documentos citados por la Casa Blanca es una declaración de consenso publicada en la revista Nature Reviews Endocrinology en 2021, en la que 13 autores y otros 78 firmantes pedían avisar a las mujeres al inicio del embarazo de que no deben tomar paracetamol «excepto si su uso está indicado», por el riesgo de alterar el desarrollo fetal. También solicitaban que utilizasen la mínima dosis efectiva durante el menor tiempo posible.

Sin embargo, la Red Europea de Servicios Informativos de Teratología (la disciplina que estudia las anomalías congénitas) criticaba en un comunicado el concepto de consenso, ya que la declaración expresaba la visión de los firmantes, pero no la posición de las instituciones médicas. También apuntaba que las recomendaciones (consultar a los facultativos y tomar la dosis mínima) son aplicables a cualquier fármaco. En el mismo sentido se pronunciaban el Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología, que subrayaba que la evidencia publicada no permite confirmar que el paracetamol aumente el riesgo de alteraciones en el desarrollo, y varios expertos consultados por el SMC británico.

También Andrea Baccarelli, decano de la Harvard TH Chan School of Public Health, que coordinó la publicación de la revisión de evidencia que ya hemos comentado, replicaba recomendaciones similares en una declaración: «Las pacientes que necesitan reducir la fiebre o el dolor durante el embarazo deben tomar la mínima dosis efectiva de acetaminofén, durante el mínimo tiempo posible, tras consultar con su médico sobre su riesgo-beneficio actual».

Un mecanismo biológico que pueden explicar otros factores

La última pieza de evidencia que facilita la Administración Trump es un artículo publicado en 2022 en la revista Frontiers in Pediatrics que, según la Casa Blanca, «propone un mecanismo biológico que relaciona la exposición prenatal al acetaminofén con un desarrollo cerebral alterado». En realidad, el estudio concluye que el paracetamol «posiblemente se asocia a un menor peso al nacer, una menor edad gestacional y una probabilidad menor de un peso elevado por la edad gestacional», destaca que los resultados pueden estar influenciados por factores que no se han tenido en cuenta, y señala que los mecanismos que hay detrás son desconocidos.

En la única mención que el artículo hace al autismo o al desarrollo cerebral, indica que algunos metaanálisis han vinculado un bajo peso al nacer o un nacimiento prematuro con el autismo. Pero destaca: «Estos desenlaces adversos también los podrían explicar factores de riesgo e indicaciones por el uso de acetaminofén durante el embarazo, como el tabaquismo, la obesidad, los dolores de cabeza, el dolor, la fiebre y las infecciones». Es decir, que en ningún caso el artículo propone mecanismo biológico alguno que pueda explicar una vinculación entre paracetamol y autismo.

Un cóctel de factores

La comunidad científica no ha encontrado la causa del autismo y, de hecho, no está claro que haya únicamente una. El Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya explica en su web que «es posible que sea resultado de una combinación de varios factores, tanto genéticos como ambientales», algo con lo que coincide el consultor de Obstetricia Dimitrios Siassakos en sus declaraciones en SMC.

En este punto, las investigaciones que han encontrado una asociación entre la exposición prenatal al paracetamol y el autismo llevarían a un escenario en el que el fármaco fuese un factor más a tener en cuenta, explica a Newtral Silvia Alemany, primera autora de un metaanálisis de 2021 que también encontró relación entre ambos factores. Ahora bien, que sea plausible no implica que suceda. Para determinarlo, apunta, se necesita mayor investigación.