Sólo ERC votó en contra de que el 100% de la tasa turística sea gestionada desde Barcelona mientras que la CUP votó a favor y CiU (ahora PDeCat-Unió Demòcrates) se abstuvo, en una votación que tuvo lugar el 26 de febrero de 2016 en consejo plenario. Así, no todos los partidos independentistas votaron en contra, como aseguró el socialista Jaume Collboni durante el debate electoral de Betevé.
"Me sorprende que los partidos independentistas ahora hablen de la tasa turística cuando se opusieron a que el 100% de la tasa turística se gestione desde Barcelona”, aseguró Collboni durante el debate en la televisión pública barcelonesa.
Momentos antes, Ernest Maragall había defendido que si ERC ganaba las eleccions asumiría “el establecimiento de un recargo, de una tasa turística en Barcelona, además del impuesto catalán de turismo”. El programa de ERC contempla subir el impuesto turístico para elevarlo “a niveles de otras ciudades europeas” mientras que Elsa Artadi (Junts per Catalunya) se ha mostrado partidaria de aplicar un recargo municipal a esta tasa.
Según el acta del plenario de 26 de febrero de 2016, el Consejo Municipal aprobó una proposición del PSC por la cual se acordaba “instar al gobierno municipal a plantear al Gobierno de la Generalitat modificar el impuesto sobre estancias en establecimientos turísticos para que el Ayuntamiento obtenga el 100% de la recaudación del impuesto generado en la ciudad”. La proposición obtuvo 10 abstenciones de CiU (ahora PDeCat-Unió Demòcrates) y cinco de Ciutadans; cinco votos en contra de los concejales de ERC y 21 votos a favor del resto de miembros del consistorio.
En ese momento, Sònia Recasens, de CiU (ahora PDeCat-Unió Demòcrates), argumentaba la abstención considerando que reclamar el 100% para Barcelona es “una falta de solidaridad con el entorno metropolitano” y que “se debería buscar la unanimidad en cuanto a la reclamación del IVA turístico”. El grupo de Alfred Bosch (ERC) defendió votar en contra hasta que “se tenga claro a qué se quieren destinar los recursos generados por el impuesto” y recriminó a los socialistas, impulsores de la moción, que pretendieran “mantener una trifulca eterna con la Generalitat (presidida entonces por Carles Puigdemont) por este asunto”.
La conocida como tasa turística es un impuesto que grava las pernoctaciones de los turistas y que recauda el gobierno catalán. La Generalitat se queda un porcentaje y destina el resto a los municipios. Actualmente, Barcelona recibe un 50% de su recaudación.
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