No todo lo que pica cura

«Si pica, cura» es una de las frases hechas más comunes en el tratamiento de heridas en casa. Pero, ¿qué tiene de cierto?


"Si pica, cura" es una de las frases hechas más comunes en el tratamiento de heridas en casa. Seguro que, de pequeño, al volver a casa con algún rasguño, alguna vez oíste la afirmación mientras tus padres cogían la botella de alcohol etílico con la idea de desinfectar la herida. Una búsqueda de las tres palabras en Twitter muestra, en forma de cientos de resultados, hasta qué punto esa asunción, también en sentido figurado, ha calado en la sociedad. Pero, ¿qué tiene de cierto?

Pues poco. La evidencia científica disponible no permite asegurar que todos los tratamientos que despiertan una sensación de picor sean adecuados para curar una herida. Prácticas habituales como la aplicación de alcohol o agua oxigenada en lesiones abiertas no son recomendables, al igual que no es buena idea bañarse en agua de mar para desinfectar y acelerar la curación de un corte. Aplicar agua y jabón es suficiente para su limpieza. Tampoco es cierto que el escozor en una herida sea siempre un sinónimo de curación, aunque el proceso de cicatrización sí puede generar esa sensación.

"Es una frase poco afortunada", asegura a Verificat Ramon Grimalt, dermatólogo, divulgador y profesor de dermatología en la Universidad Internacional de Cataluña (UIC), que compara su validez con la estrategia de soplar sobre una herida para que se pase el mal (que, por cierto, tampoco es la mejor idea). "Probablemente, se ha creado más con la idea de consolar" a quien "está recibiendo un tratamiento molesto", razona, pero "ni soplar hace sacar el mal, ni el picor en ningún caso cura".

“Si tienes un corte, una herida, un grano o una picadura, cualquier sustancia que apliques encima atraviesa estas capas de piel de protección que tenemos […] y entra en contacto directamente con la parte más noble [el interior] de nuestro cuerpo”, desarrolla el experto. El escozor no es, pues, una señal de curación, sino una consecuencia de exponer las capas internas de nuestro cuerpo en el exterior, lo que provoca “sensaciones poco agradables […] porque [la sustancia] entra en contacto directamente con nuestros nervios sensitivos”, concluye.

Tratamientos que pican no son tratamientos que curan

Cuando curamos y limpiamos una herida, no debemos buscar, por tanto, los tratamientos que más piquen. El alcohol de farmacia, por ejemplo, no es un producto adecuado para desinfectar las heridas de la piel porque, aunque es un potente antiséptico, —una sustancia que inhibe el crecimiento de microorganismos infecciosos—, “es muy irritativo, destruye las membranas celulares, reseca la piel y favorece la formación de coágulos que permiten la colonización de bacterias supervivientes”, tal y como señala la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) en su web. Su uso también está desaconsejado por páginas como MedlinePlus, parte de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), o Cruz Roja.

La SEMG también descarta el uso de agua oxigenada, otro clásico en el botiquín de casa, debido a su potencial irritativo y destructor de tejido sano.

Aplicar agua y jabón sobre la herida, intentando arrastrar la suciedad hacia afuera de la herida, es suficiente para limpiarla. Una vez limpia y secada con una gasa esterilizada, la SEMG sugiere aplicar un antiséptico como la clorhexidina o la povidona yodada para prevenir infecciones.

El escozor no es sinónimo de cura

Cuando se están curando, las heridas pueden picar. Ya sea por la interacción de químicos liberados por el sistema inmunitario con los nervios dañados por la herida, por la presión que ejerce la formación de células nuevas sobre las terminaciones nerviosas o, simplemente, "por la sequedad de la piel", como señala a Verificat Montse Pérez, enfermera y directora del Centro de Atención Primaria (CAP) de Sants (Barcelona). La experta apunta a la hidratación como herramienta fundamental para evitar la sequedad y, en consecuencia, el escozor.

Entonces, ¿notar picor a una herida es un sinónimo de curación? Tampoco es tan sencillo. “En muchos casos esta puede ser una señal de infección, sobre todo si se acompaña de mal olor, inflamación y enrojecimiento”, explicita la SEMG en su web.

¿Y el agua de mar?

Si es necesario realizar una limpieza más profunda, los profesionales sanitarios aplican suero fisiológico, una mezcla de agua y cloruro de sodio (una sal), “que a veces puede generar picor”, según explica la directora del CAP de Sants (Barcelona). Pero que esta solución salina sea útil para limpiar, no significa que el agua de mar, que no deja de ser agua con alto contenido en minerales, especialmente cloruros y sodio, sirva para limpiar heridas.

A diferencia del suero fisiológico, "las aguas marinas y saladas pueden contener microorganismos que podrían ser patógenos, incluidas bacterias, protozoos y virus", tal y como refleja la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, un estudio en ratas halló que sumergir las heridas en agua de mar puede agravar la respuesta inflamatoria de la herida y alargar el proceso de curación. "No ayuda" sentencia la experta, indicando que después del baño "tiende a infectarse la herida".

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