No hay pruebas de que las vacunas causen infertilidad o abortos

En los casos reportados nunca se ha confirmado que la causa de aborto haya sido la vacuna


Una web autodefinida como católica ha publicado un artículo en el que se afirma con contundencia que las vacunas de ARN mensajero (ARNm), como las de Pfizer o Moderna, causan abortos espontáneos e infertilidad. No hay evidencia que lo demuestre y en los casos reportados nunca se ha confirmado que la causa de aborto haya sido la vacuna. 

"La vacuna de ARNm causa de esterilidad, abortos espontáneos […] en todo el mundo"

Médicos de todos los países señalan que a sus consultas llegan pacientes preguntando si existe algún riesgo de esterilidad y/o abortos tras haberla recibido y, de hecho, sistemas de farmacovigilancia como el de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), el VAERS, han recibido 162 notificaciones de casos de abortos espontáneos y perdidos hasta la fecha entre las mujeres vacunadas en Estados Unidos tras haber recibido la vacuna de la covid-19. Sin embargo, no hay evidencia de que tras la vacuna haya una reducción de la fertilidad masculina o femenina, ni un aumento de abortos espontáneos a consecuencia de las inyecciones (hay que recordar que los casos de abortos notificados en el VAERS no implican necesariamente causalidad, ni vínculo probado, entre tal evento y la vacuna, sino solo una coincidencia temporal). 

“No hay ninguna evidencia de que las vacunas, en particular las vacunas contra la COVID-19, puedan tener un impacto sobre la fertilidad, ni en hombres, ni en mujeres”, afirma con rotundidad a Verificat Adelaida Sarukhan, inmunóloga y redactora científica del Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona. En febrero, The Association of Reproductive and Clinical Scientists y The British Fertility Society publicaron una guía en la que se insiste en que “no hay ninguna evidencia de que ninguna de las vacunas puedan afectar a la fertilidad de mujeres u hombres”. 

Factores temporales

Sí que puede ocurrir que tras haber recibido la inyección, se den una serie de factores que puedan dar lugar a una reducción en la producción de espermatozoides, pero es temporal: “Algunas personas tienen fiebre durante un día o dos tras recibir la vacuna, y se sabe que las fiebres pueden ocasionar reducciones temporales en la producción de espermatozoides”, señala Sarukhan. Sin embargo, “este efecto es temporal” y similar al que la persona podría experimentar “si tiene fiebre por otras razones, por ejemplo un resfriado o una gripe”, concluye. 

Por otro lado, la guía también plantea la posibilidad de tomar ciertas precauciones en caso de estar siendo sometido o sometida a un tratamiento de fertilidad, como la fertilización in vitro (FIV) o la congelación de óvulos. Por ejemplo, propone la realización espaciada de ambos eventos (vacuna y tratamiento de fertilidad) para saber reconocer si los efectos secundarios proceden de un lado o de otro: “Puede ser sensato separar la fecha de vacunación unos días en caso de que se estén llevando a cabo procedimientos de tratamiento (por ejemplo, recolección de óvulos en FIV), de modo que cualquier síntoma, como fiebre, pueda atribuirse correctamente a la vacuna o al procedimiento de tratamiento”, concluyen. 

Las embarazadas deben consultar con su médico

De momento, las vacunas contra la covid-19 no han sido recomendadas todavía de forma universal para embarazadas y lactantes porque fueron excluidas de los ensayos clínicos y hay pocos datos sobre eficacia y seguridad en este colectivo, pero ya hay algunos estudios recientes que apuntan a que, al menos las de ARNm, son seguras en mujeres embarazas. 

Estos informes han hecho que algunas agencias de regulación, como los Centros de Control y Prevención, en EEUU, o el Comité Conjunto sobre Vacunación e Inmunización, en Reino Unido, recomienden las inyecciones en mujeres embarazadas. En otros países, sin embargo, la decisión debe ser tomada por la propia mujer tras consultar con su médico para valorar los beneficios y los riesgos que tendría para ellas vacunarse en función de su potencial riesgo de exposición al virus o de si padecen una patología previa que pueda empeorar su condición en caso de contagio.