Los partidos independentistas no son ilegales en Alemania, Francia e Italia, como dice Vox

El partido de Baviera, Córcega Libre, el Partido del Veneto o el Partido de los Sardos son algunos ejemplos de ello


Vox presentó hace unos días una proposición de ley para ilegalizar los partidos independentistas y ha defendido más de una vez que las formaciones que buscan la independencia de un territorio son inconstitucionales en países como Alemania, Francia e Italia. Es un argumento que el partido utiliza de manera recurrente. Ya lo dijo, por ejemplo, el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, en una entrevista en Antena 3 (en el minuto 1:24) en diciembre de 2019 e insistió en una entrevista en Las mañanas de RNE el pasado 20 de octubre (en el minuto 20:07). Es FALSO. Tanto en Alemania, como Francia y en Italia hay partidos que defienden la independencia de algunas regiones, son legales y se presentan a las elecciones. 

“Pedimos que estos partidos, como Alemania, Francia e Italia, sean considerados partidos anticonstitucionales e ilegales”

Javier Ortega Smith, secretario general de Vox

Las constituciones de los tres países en cuestión hablan (de manera más o menos explícita) de la unidad del estado y de su indivisibilidad (en Alemania en el artículo 20, en Francia en el artículo 1 y en Italia en el artículo 5), pero esto no significa que los partidos independentistas estén prohibidos; el partido de Baviera, el Frente de Liberación Nacional Canac Socialista, Córcega Libre, el Partido del Veneto o el Partido de los Sardos son algunos ejemplos.

Ivan Serrano, profesor de Ciencia Política de la UOC, explica a Verificat que existe una tensión entre la integridad territorial de los estados y los criterios básicos que tiene que cumplir una democracia liberal avanzada, como el derecho de libertad de expresión y la libertad política. Serrano destaca que “la libertad de asociación política es un derecho humano reconocido internacionalmente que tiene que recibir una especial protección”.

En Alemania, por ejemplo, la Ley fundamental para la República Federal de Alemania (el equivalente a la constitución) recoge en su artículo 21.2 que son inconstitucionales los partidos que “por sus fines o por el comportamiento de sus adherentes tiendan a desvirtuar o eliminar el régimen fundamental de libertad y democracia, o a poner en peligro la existencia de la República Federal de Alemania”. Este precepto, pero, solo se ha utilizado dos veces: para ilegalizar el Partido Socialista del Reich (SRP, un partido neonazi) en 1952 y el Partido Comunista de Alemania (KPD) en 1956.

En este sentido, el profesor de Ciencia Política de la UPF y experto en política comparada, Klaus-Jürgen Nagel, explica a Verificat que el 1952 el Tribunal Constitucional Federal alemán (BVerfGE) estableció en la sentencia BVerfGE 2, 1 (la que prohibía el SRP) que tener un programa no compatible con los principios básicos de la República Federal no es suficiente para prohibir un partido. El tribunal explicitaba (en su punto 36) que la importancia de los partidos políticos en un estado democrático hace que su ilegalización no se tenga que producir “cuando combaten disposiciones individuales, incluso instituciones enteras de la constitución con medios legales”, sino solo cuando “quieren sacudir los más altos valores básicos del Estado constitucional democrático libre”. Y detallaba (en su punto 37) estos valores básicos: “el respeto a los derechos humanos, sobre todo el derecho del individuo a la vida y al libre desarrollo, la soberanía popular, la separación de poderes, la responsabilidad de gobierno, la legalidad de la administración y la independencia de los tribunales”.

Basándose en esto, cuatro años más tarde, la sentencia que ilegalizaba el KPD se reafirmaba (en su punto 250) y aseguraba que para que un partido sea inconstitucional tiene que mostrar una actitud “activa, combativa y agresiva hacia la orden existente, tiene que perjudicar deliberadamente el funcionamiento de este orden y, en el futuro, tiene que querer eliminar este orden en sí”.

Ahora bien, más allá de estas dos sentencias, si hacemos un repaso por los tres estados que mencionó Ortega Smith también comprobamos que en Alemania, Francia e Italia hay diferentes partidos independentistas.

Alemania

En Alemania el partido con una orientación independentista más clara es el Bayernpartei (Partido de Baviera). En su programa Principios Blanco-Azul, la formación defiende (en la página 13) que, “en los emergentes «Estados Unidos de Europa», Baviera tiene que tener el derecho de representar sus intereses sin la tutela previa a través del propio Berlín” y concluye que, con cuyo objeto, el partido quiere “hacer un referéndum sobre la independencia de Baviera”. Además, en una entrevista en El Mundo en octubre de 2018, el presidente de partido, Florian Weber, confirmó que el objetivo a largo plazo de su formación “es la independencia de Baviera”.

También en Twitter, el Partido de Baviera (@Bayernpartei) ha asegurado en varias ocasiones su defensa de la independencia de Baviera: “Queremos una Baviera libre e independiente. Esto forma parte de nuestro programa” (19 de febrero de 2019).

Por otro lado, la Asociación de Votantes del Slesvig Meridional (SSW) es un partido regional del estado federado alemán de Slesvig-Holstein (la región fronteriza con Dinamarca) que representa la minoría nacional danesa. Inicialmente, defendía la reunificación de Dinamarca y ahora se define como un “partido minoritario regional comprometido con el norte del país”. El profesor Klaus-Jürgen Nagel recuerda que “cuando reivindicaba la autodeterminación también era un partido legal”. De hecho, tuvo representación en el Bundestag (el parlamento alemán) en 1949 y se presentó a las elecciones federales en las siguientes tres legislaturas. En las elecciones regionales de 2017 consiguió tres escaños.

Francia

Incluso en Francia, el “paradigma de estado unitario y de la indivisibilidad de la república”, según explica Ivan Serrano, hay partidos independentistas, y se han celebrado referéndums de autodeterminación en  Nueva Caledonia (en el Océano Pacífico); este caso, dice Serrano, hay que enmarcarlo en el proceso de descolonización de los territorios de ultramar. El último referéndum pactado y negociado fue en octubre de 2020 y el “no” se impuso por la mínima. En Nueva Caledonia, el principal partido que abandera el independentismo es el Frente de Liberación Nacional Canac Socialista, que es legal. El responsable de política extranjera, Mickael Forrest, explicó en una entrevista en VilaWeb que su voluntad era “hacer de la Nueva Caledonia un estado independiente”

Córcega Libre, que se presenta como el “Partido político de la independencia de Córcega”, es otro ejemplo. A finales de agosto, el líder del partido y actual presidente de la Asamblea de Córcega, Jean-Guy Talamoni, publicó un artículo en el cual explicaba los motivos de su formación para defender la independencia.

Finalmente, también en Francia, en las tres provincias de Iparralde (el País Vasco francés), Euskal Herria Bai (EHBAI) defiende la idea de un País Vasco soberano: “Queremos que el País Vasco tenga el derecho a decidir su futuro político, económico, cultural y social en completa libertad”. El partido se presenta a las elecciones francesas, pero reivindica la unión y independencia de las siete provincias vascas (las tres de la comunidad autónoma vasca, la Comunidad Foral de Navarra y las tres de Francia).

Italia

En las elecciones regionales del Véneto de 2020, se presentaron dos candidaturas favorables a la independencia y al autogobierno: el Partido del Véneto (Partito dei Veneti en italiano) y la Liga Veneta República. El Partido del Véneto es una coalición electoral nacida en abril de 2019 y surgida de la unión de los “movimientos independentistas y proautogobierno”. De esta coalición formaba parte y apoyaba, por ejemplo, el movimiento Indipendenza Veneta, que desde 2012 defiende un “referéndum para conseguir la independencia del Véneto a través de la vía institucional con un método pacífico, legítimo y democrático”.

Por otro lado, la Liga Veneta República proviene de una escisión de la Liga Norte y ya en 1998 reconocía que “el proyecto de un estado independiente y soberano” era una opción difícil de aplicar en aquel escenario político: “Nuestra libertad, nuestra autonomía, nuestra independencia como Veneto solo puede existir en un escenario de pueblos independientes y autónomos”. A pesar de esto, el partido ha defendido la independencia del Véneto en más de una ocasión en Twitter: “Una razón más para volver a ser independientes!”.

Finalmente, hace años, por ejemplo, habían existido el Partido Nacional del Véneto (entre 2008 y 2011), que planteaba una hoja de ruta para llegar a la independencia pasando por un referéndum, o el Véneto Estado (de 2010 a 2016), que tenía como objetivo “lograr la independencia del Veneto, mediante métodos democráticos y pacíficos”. Los dos partidos eran legales.

En Cerdeña, también hay partidos que piden la emancipación nacional de la isla. El Proyecto República de Cerdeña reivindica que “la nación sarda tiene la aspiración histórica y la necesidad actual de una emancipación política”. El partido también se ha expresado en Twitter: “La libertad y la independencia no tienen precio”. Por otro lado, la formación Independencia República de Cerdeña (iRS) defiende en el artículo 4 de sus estatutos que aspira a “conseguir la independencia de la nación sarda” a través de un proceso de autodeterminación. Finalmente, el Partido de los Sardos, que obtuvo el 3,67% en las últimas elecciones regionalesse presenta en la sede web como “Partido independentista”.

El caso controvertido de la Liga Norte

Finalmente, también en Italia, hay que mencionar el caso de la Liga Nortela actual formación de extrema derecha del exvicepresidente italiano Matteo Salvini. La formación se define en el artículo 1 de los estatutos aprobados en 2019 como un “movimiento político confederal […] que tiene por objetivo lograr la independencia de la Padania mediante métodos democráticos y su reconocimiento internacional como República Federal independiente y soberana”.

Padania era originalmente una denominación geográfica, pero a finales del siglo XX cogió un significado y un uso políticos después de que la Liga Norte empezara a reivindicar la secesión de Padania. Según este partido, la Padania incluye el norte de Italia y algunas regiones del centro, más desarrolladas en contraposición con el sur, que califica de atrasado y subvencionado. Para el profesor de Ciencia Política de la UOC Ivan Serrano, esta distinción refleja una grieta histórica, sobre la cual la Liga Norte construyó su discurso inicial para entrar en la escena política. Ahora, pero, la formación “se ha convertido en un partido de escala estatal, exponente del populismo y la extrema derecha, y clasificarlo meramente de partido independentista no explica suficientemente bien la naturaleza del partido”, concluye Serrano.