Las vacunas contra la covid-19 no contienen grafeno

Este material no aparece en los prospectos, y tampoco se ha encontrado tras los controles de calidad


Nos habéis hecho llegar a través de nuestro número de WhatsApp varios mensajes en distintos formatos en los que se asegura que las vacunas contra la covid-19 contienen óxido de grafeno, la forma oxidada del grafeno (un material derivado del carbono). Es FALSO. Ninguna de las inyecciones aprobadas actualmente contiene este material entre sus ingredientes; no aparece en los prospectos, y tampoco se ha encontrado en ninguno de los numerosos controles de calidad que realizan las agencias de medicamentos europea y española. 

"El contenido [de las vacunas contra la covid-19] es, en su mayoría, óxido de grafeno”

Como ya hemos indicado en otras verificaciones, el listado de ingredientes que contienen las vacunas puede consultarse en los prospectos oficiales de cada una de ellas. Ninguna de las inyecciones aprobadas hasta la fecha contiene grafeno, un material a base de átomos de carbono entre cuyas propiedades destaca su capacidad de conducir calor y electricidad.

Además, es posible consultar los informes de evaluación de las vacunas aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA por sus siglas en inglés), donde se describen las pruebas realizadas a cada fórmula y la documentación suministrada por las farmacéuticas “como parte de la evaluación de calidad” de las vacunas, tal como ha informado la EMA a Verificat por correo electrónico.

El informe de Pfizer/BioNTech, por ejemplo, que puede consultarse igual que los de Moderna, Janssen y AstraZeneca, especifica que la farmacéutica “ha proporcionado una descripción adecuada de las materias primas y las soluciones de la sustancia activa”, así como “certificados representativos de análisis” que reafirman la calidad de estos productos.

Calidad, seguridad y eficacia

En la misma línea, el gabinete de prensa del Ministerio de Sanidad ha explicado en un correo a Verificat que, para autorizar un fármaco para su comercialización, han de haberse “evaluado favorablemente las pruebas científicas sobre calidad, seguridad y eficacia del medicamento de que se trate”. Los medicamentos deberán “cumplir los requisitos de calidad correspondientes y ser fabricados de manera que se asegure este cumplimiento en los sucesivos lotes”.

En su correo, el Ministerio indica que para garantizar la calidad de los productos, “las autoridades del Espacio Económico Europeo, entre las que se encuentra la AEMPS [Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios], realizan inspecciones a los fabricantes” en diferentes fases de producción y distribución del fármaco, tanto si se producen dentro de la propia Unión Europea como fuera.

Informe no oficial

Algunos mensajes de los que circulan en redes sociales basan sus afirmaciones en un “estudio observacional” que ha publicado el profesor de la Universidad de Almería Pablo Campra Madrid, quien, según la página web del centro, centra su línea de investigación en medidas de mitigación del cambio climático desde el sector agroforestal. Sin embargo, se trata de un documento no oficial, esto es, ni ha salido en una revista científica, ni ha sido revisado por pares. Campra, que ha difundido otras desinformaciones a lo largo de la pandemia, como recomendar el consumo de dióxido de cloro para tratar la covid-19, un bulo que ya hemos verificado en varias ocasiones, ha reconocido la autoría del informe a Verificat.

El documento en concreto muestra unas imágenes de un supuesto vial (frasco pequeño destinado a contener un medicamento inyectable), cuya procedencia no se especifica, obtenidas por microscopía electrónica, y las compara con otras de grafeno. Se concluye que “presentan una elevada semejanza”, aunque el autor admite que las imágenes “no proporcionan una prueba concluyente”. El mismo informe dice que la vacuna analizada supuestamente es de Pfizer, pero que su procedencia y trazabilidad (seguimiento del producto) es desconocida.

La Universidad de Almería ha enviado un comunicado en el que asegura que “es rotundamente falso que la Universidad de Almería haya realizado un estudio científico con los resultados que están siendo publicados” en algunas redes sociales y blogs, insistiendo en que se trata de “un informe no oficial de un profesor de la Universidad sobre un análisis de una muestra de origen desconocido con ausencia total de trazabilidad”. La institución andaluza añade que “apoya sin fisuras las vacunas como instrumento científicamente incuestionable para luchar contra las enfermedades.”