Los casos de miocarditis detectados tras las vacunas de ARNm no están relacionados con los trombos

Circula un vídeo que afirma que las miocarditis en jóvenes tras recibir Pfizer están vinculadas con las trombosis


Está circulando un vídeo en Internet en el que una mujer que se autoidentifica como Jane Ruby y que no tiene formación médica, según su propio perfil de LinkedIn, y se presenta como “economista de la salud” alerta de que las vacunas están haciendo que adolescentes desarrollen cardiopatías, que en Israel se han detectado 17.000 casos y que pueden estar detrás de casos de trombosis. Es ENGAÑOSO. Aunque sí se han detectado casos de miocarditis tras la vacuna de Pfizer en Israel, EEUU y otros países, y podría haber un posible vínculo con la vacuna, solo han sido 148 entre diciembre 2020 y mayo 2021 (en el caso de Israel). Esta patología no tiene nada que ver con los coágulos de sangre que, de hecho, están relacionados con vacunas de otro tipo y afectan a otro perfil de población vulnerable.

Los CDC dicen que han sido solo unos pocos casos, pero son más que eso: los informes de Israel han determinado que se han producido 17.000 casos, lo que se traduce en un caso por cada 25.000 vacunados con Pfizer […] Estos casos de miocarditis podrían ser el origen de los coágulos de sangre 

Diversos organismos internacionales, como los Centros de Control y Prevención (CDC, en inglés) o la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, en inglés) de los Estados Unidos, han confirmado la aparición de algunos eventos de miocarditis —inflamación del corazón producida por el sistema inmune como respuesta a una infección por virus— en jóvenes que han recibido alguna vacuna de ARNm, pero de momento son puntuales y con sintomatología leve. En estos momentos se está llevando a cabo un seguimiento para descartar o no si el origen es la vacuna.

Los casos de trombosis no tienen nada que ver

En el caso de Israel, en un comunicado emitido por el mismo Gobierno se afirma que se han producido 148 casos de miocarditis tras más de 5 millones de vacunaciones. Por lo tanto, las cifras que da Ruby están muy alejadas de las oficiales administradas por las autoridades israelíes. También han reconocido que aunque ven un “posible vínculo” entre ambos eventos, todavía se está investigando si realmente existe.

Lo que no responde a ninguna evidencia es la afirmación de que los casos de miocarditis podrían estar detrás de los coágulos de sangre registrados desde hace unos meses. En primer lugar, porque mientras que las miocarditis han tenido lugar tras la inyección de vacunas de ARNm (como Pfizer o Moderna), el asunto de los coágulos está vinculado a las inyecciones de vector viral (como AstraZeneca o Janssen).

En segundo lugar, porque se trata de eventos que se desencadenan por razones distintas: “El tema de la trombosis es un problema de susceptibilidad individual y que está vinculado a determinantes genéticos de la persona que sufre el problema, mientras que en los casos de miocarditis no tenemos claro si hay una susceptibilidad genética. En cualquier caso, probablemente se debe a un mecanismo de autoinmunidad”, indica a Verificat Alberto García Lledó, portavoz de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Es decir, que es el propio cuerpo el que, ante el ataque de un virus o la inoculación de una vacuna, activa las defensas del sistema inmune y ataca a las células que considera peligrosas. A veces esta hiperestimulación lleva a que también se vean afectados algunos tejidos del cuerpo humano; en este caso, se produce una inflamación del corazón.

“En principio, no tendría que haber una relación entre los eventos trombóticos asociados a un tipo de vacunas y la posible asociación de la miocarditis con otras diferentes”, concluye el experto.

“No es una sorpresa”

En tercer lugar, los casos de miocarditis se han presentado en adolescentes y jóvenes adultos hombres, mientras que los de trombosis, en mujeres adultas: son distintos perfiles de población vulnerable. “La miocarditis, más común en varones, es una enfermedad muy frecuente en gente joven (de 18 a 25 años) que se produce como respuesta a infecciones virales, probablemente desencadenada por un error del sistema inmune que, al intentar eliminar el virus que nos ataca, forma anticuerpos que pueden dañar el corazón”, indica García Lledó. “Esto se produce de manera epidémica en varios periodos del año: en otoño, cuando hay más virus respiratorios; y en verano, con virus que causan diarrea”, añade.

Lledó explica que el hecho de que se registren casos de miocarditis en el contexto de una campaña de vacunación “no es una sorpresa ni una excepción”, ya que “muchos estímulos del sistema inmune por algunos virus podrían causarlo. Además, se han descrito casos de miocarditis y pericarditis después de la vacunación contra la viruela, con una clara asociación, y menos clara tras la vacunación de la gripe, el tétanos, el cólera, la hepatitis B y el virus del papiloma humano.”

Además, aunque se han reportado dos casos con desenlace fatal, la inmensa mayoría son leves. El experto llama a la calma porque “lo habitual es que el paciente se recupere pronto y sin secuelas”. Otra cosa es que con la miocarditis se vea afectado también el pericardio (la capa protectora externa del corazón). En esos casos “el paciente tiene un dolor parecido a la angina de pecho, y en este caso, más fácil de diagnosticar, tampoco suele tener complicaciones mayores y se trata con antinflamatorios” pero “la mayor parte de las veces pasa como una afección asintomática y, afortunadamente, no suele dejar secuela ninguna”, concluye.