¿Cuál es el proceso de autorización de las vacunas contra el Covid-19?

Aunque las agencias reguladoras de medicamentos de Europa y de los Estados Unidos han seguido un camino similar para hacer llegar a la población las vacunas contra el covid-19 lo más rápido posible, sus marcos legales son diferentes


Una conversación difundida en enero de este año entre la doctora y monja catalana Teresa Forcades y la científica mexicana Karina Acevedo sobre las vacunas contra el covid-19 se ha viralizado en las redes sociales. Entre otros cosas, Acevedo afirma que las vacunas no han sido aprobadas, sino autorizadas para uso de emergencia en los Estados Unidos y España. Es ENGAÑOSO. Los Estados Unidos, entre otros, han autorizado efectivamente el uso de emergencia de los fármacos contra el SARS-CoV-2, pero la Unión Europea, el marco regulador que incluye a España, no. Europa ha optado por un procedimiento más acelerado de lo habitual, pero el resultado es una autorización de comercialización condicional de un año. 

A pesar de que ambos mecanismos siguen procedimientos de evaluación acelerada similares y tienen el objetivo último de hacer llegar las vacunas lo mejor posible a la población para hacer frente a situaciones excepcionales como una pandemia, los diferencia un aspecto legal: el primero permite el uso de un medicamento no aprobado en un contexto de urgencia sanitaria, mientras que el otro sí que se aprueba, pero durante un periodo de tiempo concreto en el mismo marco de emergencia y permite la comercialización. 

“No están aprobadas las vacunas del covid […] han sido autorizadas por emergencia por diferentes organismos como la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos) de los Estados Unidos, COFEPRÍS (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) en México y la instancia correspondiente a España y a otras partes del mundo”

Karina Acevedo, investigadora de la Facultat de Ciències Naturals de la Universitat Autònoma de Querétaro (Mèxic)

En el contexto del covid-19, la mayoría de agencias reguladoras de medicamentos del mundo están permitiendo la administración de las vacunas contra el SARS-CoV-2 de Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca/Oxford, Janssen y otras farmacéuticas bajo dos mecanismos como parte de un proceso de evaluación y aprobación acelerado: la autorización de uso de emergencia (EE. UU, en inglés), que permite utilizar un producto médico no aprobado en un marco de urgencia sanitaria, y la autorización de comercialización condicional (CMA, según las siglas en inglés), que otorga el permiso para comercializarlo durante un año (licencia renovable anualmente). Los métodos de evaluación científica para determinar si los beneficios conocidos de las vacunas superan los riesgos desconocidos son similares, pero la principal diferencia entre ambos casos es que las CMA se pueden comercializar y las EE. UU. no. 

En el caso europeo, los Estados miembro tienen disposiciones legales para permitir autorizaciones de uso de emergencia, "bajo la responsabilidad de cada estado", ha recordado a Verificat el Ministerio de Sanidad en un correo electrónico. Pero el bloque comunitario ha concentrado en la Agencia Europea del Medicamento (EMA por sus siglas en inglés) la responsabilidad del procedimiento. En este sentido, la EMA ha reducido el tiempo habitual de 210 días hábiles para evaluar un fármaco a menos de 150, mediante el llamado rolling review, un mecanismo excepcional contemplado en la legislación europea que permite valorar casi en tiempo real los datos que se van generando de un medicamento "prometedor" durante una emergencia sanitaria. Rolling review quiere decir que la EMA analiza los datos de seguridad, eficacia y calidad de la vacuna a medida que están disponibles (durante las cuatro fases de investigación) y no al final, como pasa con el procedimiento habitual.

La EMA ha evaluado positivamente las fórmulas de Pfizer/BioNTechModernaAstraZeneca/Oxford y Janssen, cosa que ha permitido a la Comisión Europea autorizar la comercialización condicional de un año (en ninguna parte de los cinco previstos en el mecanismo ordinario de aprobación de los medicamentos). “La autorización de comercialización condicional se utiliza como autorización rápida durante las emergèncias de salud pública para acelerar la aprobación y salvar vidas”, afirma la EMA. Se trata de “la herramienta más adecuada para garantizar el acceso a las vacunas covid-19 a todos los ciudadanos de la Unión Europea (UE) al mismo tiempo y para apoyar las campañas de vacunación masiva”. A pesar de que su proceso de aprobación se ha acelerado a causa de la pandemia, la UE garantiza que las vacunas cumplen con “los rigurosos estándares de seguridad, eficacia y calidad” y que se mantienen los controles posteriores a la homologación.

“Los medicamentos de uso humano son candidatos si están destinados a tratar, prevenir o diagnosticar enfermedades gravemente debilitantes o potencialmente mortales”, señala la agencia reguladora europea. “Su uso también está previsto para una emergencia de salud pública, por ejemplo una pandemia. En el caso de estos medicamentos, también pueden aceptarse datos farmacéuticos y no clínicos menos completos”. Los fármacos tienen que responder básicamente a los siguientes criterios:

  • Los beneficios de la disponibilidad inmediata del fármaco son superiores a sus riesgos
  • El medicamento satisface una necesidad médica no cubierta
  • Es probable que el solicitante pueda proporcionar datos exhaustivos después de la autorización

En el caso de los Estados Unidos, la FDA, autoridad competente, ha concedido autorizaciones de uso de emergencia a las vacunas de Pfizer/BioNTechModerna y Janssen. El asesor principal del programa de vacunas contra el covid-19 en los Estados Unidos, Moncef Slaoui, dijo en diciembre que preveía que la FDA aprobara la fórmula de AstraZeneca/Oxford en abril. "Aunque no es una aprobación de la FDA, la autorización de uso de emergencia de hoy (11 de diciembre de 2020) de la vacuna covid-19 de Pfizer/BioNTech promete alterar el curso de esta pandemia en los Estados Unidos", dijo entonces el director del Centro de Evaluación e Investigación Biológica de la FDA, Peter Marks, cuando se dio luz verde a utilizar el primer fármaco contra el SARS-CoV-2 en el país. Bajo la autorización de uso de emergencia, la FDA prevé que los fabricantes de las vacunas sigan realizando estudios clínicos mientras el medicamento se va administrando para "obtener información adicional sobre seguridad y eficacia" con el objetivo de conseguir eventualmente la licencia de aprobación. También anticipa que las farmacéuticas elaboren un "plan de seguimiento activo de seguridad" de las dosis que se están administrando para saber si provocan hospitalizaciones, muertes o reacciones adversas graves, y así determinar si los beneficios de las vacunas continúan siendo más importantes que los riesgos.

El camino hacia las vacunas

Desarrollar una vacuna requiere "históricamente entre 10 y 15 años" desde que empieza la investigación hasta que está disponible para la población, según la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (EFPIA, por las siglas en inglés). Pero entre el aviso que recibió la oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en China el 31 de diciembre de 2019 sobre la detección de varios casos de una neumonía desconocida y el inicio de la vacunación en España el 27 de diciembre de 2020 pasaron 362 días. Esto se debe a que las investigaciones científicas se han concentrado en encontrar un fármaco contra el SARS-CoV-2 y a que las agencias reguladoras han acelerado sus mecanismos para autorizar su uso. 

El proceso para desarrollar una vacuna está estandarizado y conlleva cuatro fases principales, tal y como explica la Organización Mundial de la Salud: 

Fase preclínica de una vacuna 

La fase previa al inicio del ensayo se centra en evaluar la seguridad y la eficacia para prevenir la enfermedad de la vacuna experimental mediante pruebas en animales modelos, o sea animales de laboratorio. Si la inoculación desencadena una respuesta inmune, entonces se da inicio al ensayo clínico en humanos.

Fase I

La vacuna es probada en esta etapa en un número pequeño de voluntarios, generalmente adultos sanos, para comprobar su nivel de seguridad, confirmar si efectivamente genera una respuesta inmune y determinar la dosis correcta a administrar. 

Fase II

En este estadio se amplía el número de voluntarios en los que se prueba la vacuna, a pesar de que siguen siendo adultos sanos. Generalmente, se llevan a cabo varios ensayos para verificar la seguridad y la eficacia de diferentes fórmulas de la vacuna experimental en grupos de edad diferentes. Uno de los grupos, además, recibe un producto comparador -puede ser un placebo- para poder comparar los resultados de cada grupo.

Fase III

Miles de voluntarios reciben en esta fase la vacuna experimental, junto a un grupo similar a quien se aplica un producto comparador. De este modo se vuelve a definir si la fórmula es segura y efectiva contra la enfermedad para la cual se ha diseñado actuar en un grupo de personas mucho más amplio. Esta etapa se realiza en diferentes países y en diferentes puntos de un mismo país para obtener resultados exhaustivos sobre una población representativa de la realidad.

Durante la fase II e III del ensayo clínico, ni los voluntarios ni los científicos a cargo saben quién ha recibido la vacuna experimental y quien el placebo, para no influir en la valoración de los posibles efectos secundarios y los resultados de la inoculación. 

Las principales vacunas que se están administrando actualmente han seguido caminos similares hasta llegar a la población:

  • Los principales ensayos clínicos de Pfizer-BioNTech tuvieron lugar entre abril y noviembre de 2020. En ellos participaron 46.331 personas de Estados Unidos, Sudáfrica, Alemania, Turquía, Argentina y Brasil, de los cuales 50,9% eran mujeres y 49,1% hombres. Tiene un 95% de eficacia
  • Moderna realizó el grosor de sus experimentos entre marzo y noviembre en más de 30.000 voluntarios en los Estados Unidos. Tiene un 94,5% de eficacia
  • AstraZeneca – Oxford probó su vacuna experimental en unos 23.000 participantes entre la fase II e III en el Reino Unido y Brasil. Los primeros estudios de la vacuna se iniciaron en abril del año y en noviembre se publicaron los resultados de la última fase. Tiene una eficacia de entre el 76% y el 82%.
  • En el caso de la Johnson & Johnson – Janssen, que solo administra una dosis a diferencia de las otras, 45.000 personas de ocho países situados en tres continentes formaron del ensayo clínico. En marzo de 2020 anunció el inicio de los experimentos y como todas las compañías publicó en noviembre el resultado de la fase III. Su eficacia es del 85%.