Negacionismo climático y datos erróneos: la desinformación sobre el clima en el debate del Parlament
Vox ha lanzado falsedades sobre el consenso científico del cambio climático, mientras la CUP ha descontextualizado el aumento de emisiones en Catalunya
Vox ha lanzado falsedades sobre el consenso científico del cambio climático, mientras la CUP ha descontextualizado el aumento de emisiones en Catalunya
El Parlament de Catalunya celebró en el pleno del 2 de julio un debate de una proposición de ley de la CUP de medidas urgentes de protección de la seguridad climática (a partir del minuto 01:55:50 de la sesión). Este marco ha propiciado un espacio para que se dieran desinformaciones de diferentes tipos en torno al cambio climático y la contaminación: desde el negacionismo climático expresado por Vox con afirmaciones falsas sobre el consenso científico, hasta datos descontextualizados sobre emisiones en Catalunya que utilizó la CUP.
Vox alimenta el negacionismo climático
La diputada de Vox Mònica Lora Cisquer defendió una enmienda a la totalidad a la propuesta de la CUP, y aseguró que, ante el cambio climático, «ni la comunidad científica es unánime ni el debate climático está cerrado», y añadió: «Es algo que requiere rigor, prudencia, respeto a la ciencia y respeto por todos los científicos». Pero esta afirmación es FALSA.
«Ni la comunidad científica es unánime ni el debate climático está cerrado»
Mònica Lora Cisquer, diputada de Vox en el Parlament de Catalunya
Ya hemos explicado en varias ocasiones que la existencia del cambio climático y su causa humana (aquí, aquí y aquí, por ejemplo) cuentan con un amplio consenso científico. Los estudios que han evaluado el grado de acuerdo de la comunidad científica al respecto son diversos, llegando a conclusiones similares (grados de acuerdo por encima del 90%) utilizando metodologías de análisis diferentes, consiguiendo un “consenso del consenso”, según un estudio de 2016. Es este acuerdo de diferentes aproximaciones lo que hace que «podemos estar seguros de que nuestra comprensión científica es sólida», exponía en conversación con Verificat Juan Cook, investigador del Centro para el Cambio de Comportamiento de la Universidad de Melbourne (Australia).
El estudio publicado en la revista Environmental Research Letters, por ejemplo, cogió un conjunto de 88.125 artículos científicos realizados sobre el clima publicados desde 2012, entre los que únicamente encontró 28 artículos “escépticos” con la idea de que detrás del cambio climático haya una causa humana. El estudio concluye que, con estos resultados, «no existe un debate científico significativo entre los expertos sobre si el cambio climático es causado por el hombre o no», porque encuentra que el consenso supera el 99%. Las cifras de consenso en torno a la causa humana tras el cambio climático, añade el estudio, son similares a las existentes sobre la tectónica de placas o la evolución humana.
La posición del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en inglés), la entidad científica líder en la evaluación del cambio climático, es que el papel del ser humano es “inequívoco” en el cambio climático.
El trabajo del IPCC está avalado a escala global
La diputada de Vox también puso en duda la veracidad del trabajo que realiza el IPCC, afirmando que es «un organismo que se presenta como científico», pero que, según ella, «tiene un fuerte componente político». «No hace investigaciones propias, sino que selecciona qué estudios incluir y cuáles no incluir», dijo, asegurando que el IPCC a menudo «descarta trabajos que muestran que el clima puede tener una mayor variabilidad climática o que ponen en duda el impacto de las actividades humanas». TE LO EXPLICAMOS.
«[El IPCC es] un organismo que se presenta como científico, pero que todos sabemos que tiene un fuerte componente político»
Mònica Lora Cisquer, diputada de Vox en el Parlament de Catalunya
El IPCC, por su parte, según informa el mismo consorcio, no realiza investigaciones propias, sino que evalúa la calidad de los estudios que se realizan a escala global sobre el cambio climático. Las evaluaciones están elaboradas por “cientos de científicos destacados que ofrecen voluntariamente su tiempo y experiencia” y que reclutan al mismo tiempo a cientos de nuevos autores colaboradores para aportar conocimiento complementario en sus áreas. «Miles de expertos contribuyen a los informes actuando como revisores, garantizando que reflejan la amplia gama de opiniones de la comunidad científica», información el IPCC. Lo explicamos en detalle en esta verificación.
Una vez que un grupo de trabajo ha acabado de redactar el borrador informe —entre 10 y 20 científicos expertos participan de la redacción de cada capítulo—, se inicia un proceso de edición abierta. Cualquier persona con conocimiento acreditable sobre un tema es aceptada como revisor, según explicaba en una entrevista Eloy Sanz-Pérez, profesor titular del departamento de Tecnología Química, Energética y Mecánica de la Universidad Rey Juan Carlos. Este proceso garantiza la neutralidad de las evaluaciones. Una vez aplicados los cambios, el segundo borrador se envía, junto con resúmenes, a gestores, representantes políticos ya los expertos de la primera revisión, que realizan otra ronda de enmiendas. Todo este proceso se puede consultar en la web del IPCC.
A partir de aquí, los consensos en la ciencia se miden en función del grado de acuerdo que existe en las tesis de todos los artículos que se publican sobre un tema. Dependiendo del grado de coincidencia, la evidencia de una afirmación será científicamente limitada, media o sólida. Como hemos dicho, el acuerdo en el origen humano del cambio climático es prácticamente total.
Catalunya no ha aumentado las emisiones un 25% desde 1990
Por su parte, Dani Cornellà, portavoz de la CUP en el Parlament, aseguró en su intervención que Catalunya «ha aumentado emisiones un 25%» entre 1990 y 2024. El dato es ENGAÑOSO, porque compara indicadores trabajados con metodologías distintas. Los datos del inventario de gases de efecto invernadero (GEI) en Catalunya reflejan un aumento del 4,1% entre 1990 y 2022, y la estimación hecha por el Monitor Público de Emisiones prevé que para 2024 hayan caído un 2,3% respecto a hace 35 años.
«Recordad que Catalunya de 1990 a 2024 ha aumentado emisiones un 25%»
Dani Cornellà, portavoz de la CUP en el Parlament de Catalunya
Los datos de emisiones de gases de efecto invernadero en Catalunya se recogen habitualmente con un retraso de más de dos años. En el momento de publicar esta verificación, la Generalitat sólo tenía datos publicados hasta 2022 en el inventario descargable en su web, lo que también se refleja en la Propuesta de Presupuestos de Carbono para Catalunya -un informe hecho por el Comité de Expertos sobre el Cambio Climático (CECC) que evalúa las opciones catalanas para reducir las emisiones de acuerdo con los compromisos-, publicado en abril de este año. Estos datos reflejan un aumento del 4,1% en las emisiones catalanas entre 1990 y 2022.
Para hacer frente al desfase en la publicación de los datos, en 2023 nació el Monitor público de emisiones de Catalunya, un proyecto coordinado por expertos en ciencias ambientales, que ha desarrollado un modelo para avanzar una estimación de las emisiones de los años más recientes. Según su último informe, Catalunya emitió en 2024 unas 37,91 millones de toneladas de CO2equivalente (MtCO2eq) —una magnitud que mide las emisiones de todos los gases de efecto invernadero como si fueran CO2—, un 2,3% menos que en 1990. El ritmo de decrecimiento es, hoy por hoy, insuficiente para llegar a objetivo de reducción de emisiones para 2030 en un 29% respecto a 1990, según los expertos del Monitor público.
El origen del mensaje
El departamento de prensa de la CUP no ha respondido a una petición de Verificat para esclarecer el origen del dato sobre el supuesto aumento del 25% en las emisiones catalanas. Una búsqueda en internet permite rastrear la afirmación hasta un artículo de opinión publicado al portal Crític. El artículo cita, de hecho, datos de emisiones de 1990, cifradas en 34,21 MtCO2eq y extraídas del Ministerio de Transición Ecológica, y una proyección para 2024 de 42,78 MtCO2eq hecha por Climate Trace, un proyecto internacional independiente que emplea datos de los inventarios nacionales de emisiones de gases, de satélites y utiliza la inteligencia artificial para estimar las emisiones de cada región del planeta. La diferencia entre estos datos dona un aumento del 25%, como asegura Cornellà, pero en realidad no son comparables. En el caso de 1990, se tienen en cuenta las emisiones netas y en el de 2024 las brutas.
Las emisiones limpias son aquellas que incluyen el dióxido de carbono capturado por ecosistemas como los bosques, pastizales, humedales, etc., y el emitido por su destrucción en procesos como la deforestación o los incendios, lo que se conoce como LULUCF. Las brutas, en cambio, no tienen en cuenta este indicador y, por tanto, unas y otras no son comparables. Las emisiones brutas de Catalunya en 1990 eran, según el Inventario de la Generalitat, de 38,80 MtCO2eq. En el momento de publicar esta verificación, Climate Trace había actualizado sus estimaciones de 2024 para Catalunya hasta 44,69 MtCO2eq, con el que el aumento sería del 15%.
Ahora bien, también hay que tener en cuenta que los datos provienen de dos fuentes distintas que miden las estimaciones de emisiones de gases de efecto invernadero utilizando métodos diferentes. El Ministerio español sigue las exigencias de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y las directrices de la Unión Europea, mientras que Climate Trace utiliza una metodología propia en la que contabiliza algunos sectores que los inventarios nacionales no tienen en cuenta, tal y como explican en su web. Preguntado por Verificat, el departamento de prensa de capunta que sus estimaciones tienen algunas diferencias con las de la Generalitat, una de las cuales es determinante: «Incluimos el transporte marítimo y aéreo internacional […] los cuales no están incluidos en el inventario catalán, por lo que sugerimos excluirlas de la comparación». El proyecto otorga 5,66 MtCO2eqa estos dos sectores. Si no las contabilizamos, las emisiones de 2024 fueron de 39,09 MtCO2eq, un 1% superiores a las de 1990.
Datos incompletos
El hecho de que Climate Trace incluya en sus inventarios datos que los países no añaden refleja un intento de contabilizar de forma más precisa las emisiones reales de cada estado. Así lo refleja la entidad en su web: “Climate Trace identifica los vacíos más significativos de los informes de emisiones dentro de los inventarios de gases de efecto invernadero actuales, para estimar las emisiones de estos vacíos.” Sin embargo, el recuento no es perfecto, recuerdan.