Es engañoso decir que la vacuna triple vírica está hecha de “células de fetos abortados”, como asegura Robert F. Kennedy Jr.

Las vacunas actualmente no contienen restos celulares de fetos

Las vacunas actualmente no contienen restos celulares de fetos

Kenney afirmando que las vacunas contienen restos de fetos
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 ¿Qué se ha dicho?

 Robert F. Kennedy Jr. ha afirmado que la vacuna triple vírica contiene células de fetos abortados.

 ¿Qué sabemos?

Ni esta ni ninguna otra vacuna aprobada en Europa o Estados Unidos contiene células de fetos abortados. Algunas utilizan en su desarrollo o fabricación líneas celulares, que son un tipo de células originadas hace décadas a partir de fetos abortados legalmente y que se han clonado repetidamente, por lo que hoy en día ya no guardan ninguna relación con su origen.

Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud de Estados Unidos, afirmó en una entrevista el 30 de abril en la cadena estadounidense News Nation (minuto 1:19), que la vacuna triple vírica (que protege contra el sarampión, las paperas y la rubéola) contiene “restos de fetos abortados”.

Esto es ENGAÑOSO. La vacuna triple vírica, como otros medicamentos y vacunas, emplea una línea celular —un tipo de células de laboratorio que se replican continuamente— derivada de un feto abortado legalmente en los años 60 para producir alguno de sus componentes. Sin embargo, estas células ya no tienen ninguna relación con su origen, porque han sido clonadas repetidamente durante décadas. Por lo tanto, los viales no contienen tejido fetal.

“La vacuna triple vírica (MMR) contiene muchos restos de fetos abortados”

Las técnicas de fabricación de vacunas suelen emplear líneas celulares, un tipo de células de laboratorio que se reproducen de forma continua, para producir rápidamente algunos de los componentes utilizados en el desarrollo o producción de los viales, como proteínas o virus.

Tanto la vacuna triple vírica que se administra en España (PRIORIX) como las dos autorizadas en Estados Unidos (PROQUAD y MMR II) son vacunas de virus atenuados. Esto significa que inoculan el virus que causa la enfermedad, pero en una forma debilitada. De este modo, otorgan inmunidad sin desarrollar la infección. Para producir estos virus en grandes cantidades, las farmacéuticas utilizan la línea celular MRC-5, iniciada en 1966 a partir de células pulmonares de un feto abortado legalmente de 14 semanas.


La vacuna PROQUAD, además, también emplea la línea celular WI-38, iniciada en 1962 a partir de un feto de tres meses abortado legalmente, para reproducir y multiplicar otro de los virus que contiene la vacuna.

No obstante, aunque las células que dieron origen a las líneas celulares MRC-5 y WI-38 fueron extraídas originalmente de fetos abortados, las células que han llegado a nuestros días y que emplea la industria en los procesos de desarrollo y fabricación de viales ya no tienen relación alguna con esos fetos, pues han sido clonadas y multiplicadas repetidamente durante décadas. Por ello, no es correcto decir que la vacuna triple vírica contiene restos de fetos abortados.

Utilizadas en todo el mundo, y víctimas frecuentes de desinformación

Las líneas celulares se han utilizado ampliamente en la investigación biomédica y en el desarrollo de vacunas debido a su capacidad para sustentar el crecimiento de muchos virus humanos y su estabilidad en cultivo. Sus usos más comunes son la obtención de proteínas y la replicación de virus.

Algunas de las vacunas más populares, como la de la rubéola o algunas versiones de la rabia, se crearon hace décadas a partir de líneas celulares derivadas de fetos abortados legalmente (embriones extraídos del útero de manera voluntaria y conforme a la legislación vigente).

Las líneas celulares provenientes de fetos abortados también se utilizaron en el desarrollo de las vacunas contra la COVID-19, como ya explicamos en 2021. Los viales fabricados por Pfizer/BioNTech, Moderna y AstraZeneca/Oxford utilizaron la línea celular conocida como HEK 293, creada a partir de células de riñón extraídas de un feto abortado legalmente en 1973. Janssen, por su parte, utilizaba la línea celular PER.C6, que tiene patentada y que proviene de células de retina de un feto abortado legalmente en 1985.

La línea MRC-5, utilizada en las formulaciones de la triple vírica, de hecho, también se emplea para diagnosticar patologías causadas por virus, entre otras enfermedades infecciosas. “Las líneas celulares permiten el diagnóstico de muchas enfermedades en virología”, comenta Carla Berengua, adjunta al Área de Virología y Biología Molecular del Servicio de Microbiología de Sant Pau, en una conversación con Verificat. 

¿Existe riesgo de pandemia de sarampión?

 La postura de Kennedy respecto a las vacunas, sobre la cual ya hemos hablado [en otro lugar], ha sido criticada repetidamente por la comunidad científica. Susan J. Kressly, presidenta de la Asociación Americana de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés), por ejemplo, lo acusó de difundir información errónea que puede minar la confianza pública en las vacunas. En enero, 77 premios Nobel en Medicina, Fisiología, Física y Química pidieron al Senado estadounidense rechazar su nombramiento en una carta.


Incluso el propio Kennedy ha admitido esta semana en el Congreso que su opinión sobre las vacunas es “irrelevante” y ha asegurado que nadie debería seguir sus consejos en temas médicos (minuto 1:33).

Actualmente, en Estados Unidos existen brotes de enfermedades prevenibles con vacunas, como el sarampión. El país registraba, a 8 de mayo, un total de 1.001 casos confirmados desde principios de año, centrados en 14 brotes, según datos de los CDC, con 3 muertes confirmadas. Un estudio reciente de la revista JAMA Network apunta a la posibilidad del resurgimiento de enfermedades casi erradicadas debido a la baja cobertura vacunal en Estados Unidos.

En España también ha habido cierto aumento de casos de sarampión, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Comité Asesor de Vacunas e Inmunizaciones (CAV).

El Ministerio de Sanidad, por su parte, publicó una evaluación de riesgo el pasado 7 de marzo en la que informaba que, a pesar del aumento de casos, el riesgo de infección para la población general es bajo, dado el alto porcentaje de personas vacunadas —aproximadamente el 94,4% de la población según datos del INE, cerca del 95% que exige la OMS para prevenir brotes en comunidades vulnerables—.