El impuesto sobre el patrimonio en España es prácticamente una excepción en el contexto euorpeo

España es de los pocos estados europeos con un impuesto sobre el patrimonio


Nos habéis hecho llegar un meme que explica que Francia ha suprimido el impuesto de patrimonio y que ha dejado España como el único país de Europa que lo aplica. Es ENGAÑOSO. Es verdad que Francia, en 2018, lo modificó, pero no lo eliminó a pesar de que ya no queda ningún otro país de la Unión Europea que lo regule igual que España. En Europa como continente se mantiene solo en Noruega y Suiza 

En 2018, Francia sustituyó su impuesto de solidaridad sobre la fortuna (ISF) por un nuevo tributo, el impuesto sobre la riqueza inmobiliaria (IFI), que están obligadas a pagar las personas con un patrimonio inmobiliario valorado en más de 1,3 millones de euros. El nuevo impuesto no afecta a los bienes no inmuebles (dinero en efectivo, acciones, bonos, seguros de vida, yates, aviones privados, caballos…), por lo tanto, no hay impuesto sobre patrimonio como tal. Según recogía Le Figaro, mientras que el ISF lo pagaron 358.200 contribuyentes el último año que estuvo en vigor, en 2019 139.149 personas pagaron el nuevo tributo. La recaudación también fue muy menor, de 4.100 millones de euros a 2.100.

En España, de hecho, el impuesto sobre el patrimonio también se suprimió en 2008, a través de la Ley 4/2008, de 23 de diciembre, pero en 2011, en el contexto de crisis económica, se recuperó, teóricamente, con “carácter temporal” a través del Real decreto ley 13/2011, de 16 de septiembre. Aun así, diez años después sigue en vigor. 

¿Qué es el impuesto sobre el patrimonio?

La web de la Agencia Tributaria de Catalunya explica que el impuesto sobre el patrimonio es un tributo de carácter directo y de naturaleza personal que graba la fortuna neta de las personas físicas, es decir, el conjunto de bienes y derechos de contenido económico de los cuales es titular, deduciendo las cargas y gravámenes que disminuyen el valor. En Catalunya, el rendimiento del impuesto está cedido totalmente a la Generalitat de Catalunya.

La cesión del impuesto sobre patrimonio a las autonomías ha generado grandes desigualdades. Cada comunidad tiene capacidad para fijar reducciones, modificar la tarifa y crear exenciones. En Catalunya hay varios tipos de gravamen que van del 0,21% al 2,75% (los primeros 500.000 euros están exentos de tributación) y la Generalitat recauda cerca de 555 millones de euros por este concepto. En el extremo contrario, la Comunidad de Madrid es la única que bonifica totalmente el impuesto, con lo cual, los madrileños no lo tienen que pagar.