Una buena alimentación puede ayudar con los efectos secundarios del tratamiento, pero no será la cura del cáncer

En caso de sufrir esta enfermedad, la recomendación es consultar a un equipo médico que establezca el tratamiento


¿Qué se ha dicho?

Que con una buena alimentación se puede evitar el trasplante de médula ósea para tratar la leucemia.

¿Qué sabemos?

Una alimentación saludable y equilibrada es importante porque puede ayudar a reducir los efectos secundarios del tratamiento de un cáncer y a mejorar la calidad de vida de la persona enferma, pero no será suficiente para evitar el trasplante de médula ósea en caso de leucemia ni superar ningún tipo de cáncer. En caso de padecer esta enfermedad (o cualquier otra), la recomendación es consultar a un equipo médico que establezca cuál es el tratamiento más adecuado.

Un pódcast con presencia en Spotify y otras plataformas como iVoox ha afirmado que la clave en la cura del cáncer es la alimentación, poniendo el ejemplo de un chico con leucemia que supuestamente mejoró con una dieta específica. Por tanto, concluye el capítulo, si sabes alimentar bien la médula, no hará falta un trasplante. Esto da la idea de que una buena alimentación puede ser la cura del cáncer, pero es FALSO. Alimentarse correctamente y de forma saludable no curará la enfermedad, sino que es necesario un tratamiento médico. La dieta sí puede ayudar a minimizar los efectos secundarios del tratamiento y reducir el riesgo de aparición de nuevos tumores.

Si sabes dar comida a la médula ósea, no necesitas trasplante de médula

El pódcast asegura que un menor con leucemia estaba en perfecto estado de salud cuando seguía la dieta propuesta por el naturópata en España y que, después de someterse a un tratamiento médico en Estados Unidos, murió. Sin embargo, el locutor no especifica qué tipo de dieta siguió el menor, ni aporta ninguna prueba de esta historia que no podemos verificar, pero que, de acuerdo con la ciencia, es improbable.

Cada cáncer es diferente

Existen varios tipos de cáncer y difieren mucho entre ellos, lo que implica que cada uno requiere un tratamiento específico. Varias instituciones científicas, como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos (EE. UU.), el Instituto Nacional del Cáncer (NIH), también de EE. UU., o el Hospital Clínic de Barcelona, entre otros, coinciden en enumerar una serie de tratamientos, de los cuales ninguno es o comprende únicamente la alimentación. "Se desaconseja completamente sustituir los tratamientos médicos por intervenciones exclusivamente nutricionales", afirma a Verificat Rodrigo Sánchez-Bayona, secretario científico de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y oncólogo médico del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid. Actualmente, "no hay ningún caso reportado en revistas científicas rigurosas" de curación de un cáncer solo a partir de una alimentación adecuada, añade el experto.

Los CDC especifican en su web que el tratamiento dependerá, principalmente, del tipo de tumor, de si las células cancerosas se han propagado a partes del cuerpo distintas en el lugar donde se formaron —proceso conocido como metástasis— y del estadio de la enfermedad. En algunas ocasiones, el tratamiento busca curar —que el cáncer desaparezca y no se requiera tratamiento adicional— y, en otras, el objetivo es evitar que se extiendan las células tumorales. Finalmente, los cuidados paliativos están orientados a reducir los efectos secundarios del cáncer y de su tratamiento, y pueden aplicarse desde el momento del diagnóstico y continuar recibiéndolos a lo largo del proceso terapéutico y de la recuperación. Un tipo de cuidados paliativos son los cuidados para enfermos terminales, que se aplican cuando no es probable el cuidado o cuando las personas están en los últimos meses de vida.

Algunos de los tratamientos más habituales para tratar esta enfermedad son la cirugía —operación donde los médicos cortan tejido con células cancerosas—, la quimioterapia —uso de medicamentos que reducen o matan las células cancerosas— o la radioterapia —uso de rayos de alta energía (rayos X y alternativas aún más energéticas) para matar a las células cancerosas—, aunque no son los únicos: también encontramos la inmunoterapia —tratamiento que busca que el propio sistema inmunitario ataque a las células cancerosas— o la terapia con células madre —busca reemplazar las células de la médula ósea que se han destruido—. El tratamiento del cáncer está todavía en desarrollo, y avanza hacia una personalización de todo el proceso terapéutico.

La alimentación juega un papel importante

Por mucho que no nos curemos de un cáncer siguiendo una dieta saludable, la alimentación juega un papel importante en esta enfermedad. De hecho, hace unos meses, la Fundación Alícia —un centro de investigación en cocina, hábitos alimentarios y patrimonio agroalimentario— y el Hospital Clínic de Barcelona lanzaron una web con consejos de alimentación a seguir durante el tratamiento de esta enfermedad. Como especifican, "comer de manera saludable ayuda a tolerar mejor el tratamiento oncológico y sus efectos secundarios", pero en ningún momento se plantea como cura, sino como complemento al tratamiento médico establecido.

En personas con cáncer, "es importante garantizar una ingesta adecuada de nutrientes y de kilocalorías", explica Sánchez-Bayona, el secretario científico de la SEOM. "No hacerlo puede aumentar el riesgo de malnutrición o desnutrición, lo que suele empeorar el estado físico y la tolerancia a los tratamientos, así como la posterior recuperación", añade.

Una alimentación adecuada tiene beneficios como “mejorar la tolerancia a los tratamientos, (…) mantenerse fuerte, (…) reducir el cansancio; (…) mejorar al máximo la calidad de vida”, tal y como especifican las instituciones especialistas mencionadas, que dan una serie de consejos para seguir esta alimentación equilibrada, como intentar realizar un mínimo de 5 comidas al día, incorporar fruta y verdura e incluir, siempre que sea posible, una fuente de proteínas.

Además, "la alimentación tiene un papel de prevención primaria (reducir el riesgo de casos nuevos de cáncer)", sustenta Sánchez-Bayona. “El consumo de determinados alimentos se ha asociado con mayor riesgo de algunos tumores”, así como con otras enfermedades cardiovasculares o metabólicas. "La dieta mediterránea es la dieta que tiene más evidencia científica en la prevención de enfermedades", añade el experto, refiriéndonos al Proyecto Seguimiento Universidad de Navarra (SUN).

La leucemia no es una excepción

El locutor del pódcast hace referencia específicamente a la leucemia, un tipo de cáncer que se origina en las células productoras de la sangre. La Sociedad por la Leucemia y el Linfoma (LLS) publicó un documento con unas guías para asegurar una buena nutrición y paliar, en la medida de lo posible, los efectos secundarios, pero en ningún caso para tratar la patología exclusivamente desde la alimentación.

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