Las preguntas que nunca te has atrevido a hacer sobre sexo

Sentimos decirte que el tamaño no es tan importante…. ¿O sí?


El sexo es un tema que, queramos o no, está muy presente en nuestras vidas, ya sea a través de un anuncio que vemos en televisión, de un tuit que nos envía a una amiga o de una conversación cualquiera. Seguro que más de una vez te has preguntado cosas al respecto que, por vergüenza, no has planteado a nadie. Aquí te ayudamos a responder a partir de la evidencia científica y de la voz de personas expertas algunas de las preguntas más frecuentes.

¿El alcohol (u otras sustancias) dificultan llegar al orgasmo?

Un estudio publicado en Psychology & Sexuality en 2018 halló que dos tercios de los participantes se sentían más atractivos después de consumir alcohol (la cantidad variaba según la persona) y también percibían al resto como más atractivos. Además, los resultados mostraban también que la mayoría de los consumidores informaban de un aumento del deseo sexual. El análisis se realizó en la ciudad de Nueva York en 679 personas de entre 18 y 25 años asistentes a discotecas y festivales de danza, con un 38,6% de mujeres. Del estudio podemos extraer que el alcohol nos deshinibe y en general aumenta la seguridad y la confianza.

"El alcohol en pocas cantidades y al principio, cuando se toma, favorece el contacto, [y la propensión a] entablar un encuentro sexual", indica a Verificat Ana Rosa Jurado, miembro de la Junta Directiva de la Academia Española de Sexología y Medicina Sexual y coordinadora del Grupo de Trabajo de Atención a la Mujer de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). Sin embargo, sus efectos sobre el orgasmo no son tan positivos.

En 2018 se publicó otro artículo en la revista Archives of Sexual Behavior que explicaba que los participantes, 24 personas (de las cuales un 50% mujeres) con una media de edad de 27,4 años, notaban su cuerpo más insensibilizado con el consumo de alcohol y que el alcohol dificultaba conseguir el orgasmo en ambos sexos y facilitaba la sensación de arrepentimiento posterior. Esto coincide con lo que Felipe Hurtado, secretario general de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Sexología, Miembro de la Junta Directiva de la Federación Española de Sociedades de Sexología y Presidente de la Academia Española de Sexología y Medicina Sexual, explica a Verificat: “Si el consumo se convierte en hábito o […] es elevado aunque sea puntual, dificulta el orgasmo”.

Santiago Frago, médico, creador y co-director del centro de Sexología Amaltea, coincide con Hurtado e indica a Verificat que "el alcohol, por los efectos depresores del sistema nervioso central, retrasa el orgasmo femenino y la eyaculación masculina". Jurado también comparte esta opinión e indica que el alcohol "retrasa y afecta de forma muy negativa a todas las fases de la respuesta sexual".

En cuanto a la marihuana, un artículo de 2018 indica que las personas que participaban en el estudio notaron los cuerpos más sensibles con el consumo de esta droga, y que algunos participantes también señalaron que, ya que el sexo con marihuana puede ser tan intenso, tenían un orgasmo mucho más rápido. Sin embargo, la muestra era tan sólo de 30 personas, y podría ser que los resultados no fueran extrapolables a la población, como ya explicamos. Otro estudio de 2019 realizado con una muestra de 373 mujeres encontró que el consumo de cannabis parecía mejorar la satisfacción con el orgasmo en mujeres.

Por último, Frago añade que "los fármacos antidepresivos dificultan con seguridad el orgasmo". La página de publicaciones de salud de Harvard lo explica: “Además de reducir el interés por el sexo, los medicamentos inhibidores selectivos de la recaudación de serotonina (ISRS), nombre con el que se conocen los antidepresivos más utilizados, pueden dificultar el excitación (…) y llegar al orgasmo”. De hecho, apunta a que algunas de las personas que toman ISRS no pueden tener ningún orgasmo.

¿El tamaño importa?

Podríamos decir que esta es LA pregunta de las personas que tienen en relaciones en las que el pene está involucrado: tal y como indica un artículo publicado en 2021, la mayoría de los hombres querrían tener un pene mayor. El tamaño del pene es un tema que siempre ha generado una gran preocupación y esto queda patente, por ejemplo, en las búsquedas que se hacen en internet. Seth Stephens-Davidowitz, un economista que se dedica a analizar datos de este tipo, explicó en una charla que los hombres realizan más búsquedas en Google sobre el pene que sobre los pulmones, hígado, orejas, nariz, garganta y cerebro, todo junto (minuto 6:54) y que, por cada búsqueda que hacía una mujer sobre el pene de su pareja, cada hombre hacía 170 (minuto 9:23).

El tamaño medio del pene es de 13,2 cm en erección y de 9 cm en reposo, según una revisión al respecto publicada en 2014. En realidad, a nivel físico y si hablamos de sexo heterosexual vagina-pene, el tamaño no es tan importante, sino que se trataría más de una cuestión de gustos y preferencias, según indica la revisión. El tamaño del pene, además, no tendrá influencia en el placer masculino. Si hablamos de las preferencias en cuanto al tamaño del pene, un estudio llevado a cabo con 75 mujeres encontró que estas preferían un mayor tamaño de pene para las parejas de una sola vez en comparación con las parejas a largo plazo. “Las mujeres pueden preferir un menor tamaño de pene en una pareja a largo plazo en comparación con una pareja única por (…) comodidad física”, apunta el artículo.

Hurtado indica que "el tamaño puede importar de forma psicológica en función de los intereses y las interpretaciones de cada persona según su aprendizaje sexual […]. Pero el pene no es el único actor en las relaciones sexuales y, en muchos de casos, tampoco es lo más importante". Si hablamos de heterosexualidad y coito vaginal, "lo importante es que el clítoris esté adecuadamente estimulado. Un pene mayor no tiene porque dar más placer".

Jurado destaca otro aspecto que puede ser importante: la percepción de cada uno, ya que “un hombre que tenga la idea de que su pene no es lo suficientemente grande, quizá que le pueda influir en su seguridad a la hora de tener un encuentro sexual”. De hecho, un estudio de 2014 apunta que “los hombres experimentan niveles significativos de insatisfacción relacionados con el tamaño de su pene”.

Origen fisiológico del ‘squirt’

En febrero de 2022 se publicó una revisión sobre las similitudes entre la eyaculación femenina y el squirting. Este último aparece definido como la expulsión por la vejiga de aproximadamente 10 mililitros o más de un líquido transparente parecido a la orina.

La presencia de urea, creatinina y ácido úrico en el squirt da algunas pistas, pero hasta la fecha no hay acuerdo sobre si la composición bioquímica del líquido es idéntica a la orina o en realidad es su forma diluida. La mayoría de las mujeres que experimentan este fenómeno no consideran que el líquido expulsado sea orina, ya que creen que es distinto en olor, gusto y aspecto, según indica el artículo.

El líquido excretado puede ser bioquímicamente idéntico a la orina, pero también puede considerarse orina diluida con diferentes concentraciones de urea, creatinina y ácido úrico. "Como la composición bioquímica de la orina puede cambiar en diferentes situaciones (…) puede ser diluida, clara e inodora si aumenta la excitación sexual". Sin embargo, todavía no se ha llegado al fondo del asunto.

Ana Rosa Jurado, de la Academia Española de Sexología y Medicina Sexual, explica que "es una secreción (…) de un vestigio que queda de glándulas prostáticas en el aparato genitourinario femenino suficientemente desarrolladas como para producir líquido". Añade que, además, hace falta "una estimulación suficientemente adecuada como para que estas glándulas suelten el líquido".

La experta también indica que “ni la experiencia es posible en todas las mujeres, ni (…) debe ser agradable en todas las mujeres, porque está muy relacionada con la vía urinaria, con la uretra y con la sensación de orinar”.

Efectividad del método de fertilidad natural

El ciclo menstrual comienza el primer día de menstruación y, a lo largo de un ciclo, que dura entre 24 y 38 días, el cuerpo se prepara para el embarazo. Una revisión de 2015 elaboró un gráfico (disponible en la página 3) relacionando el día del ciclo menstrual y la probabilidad de quedarse embarazada. Esta probabilidad era máxima los días previos a la ovulación y muy baja el primer día del ciclo. Sin embargo, aquí hay distintos factores a tener en cuenta.

Lo primero es que, si tienes relaciones sexuales sin utilizar anticonceptivos, puedes quedar embarazada en cualquier momento del ciclo menstrual, incluso durante o justo después de tu período, aunque la probabilidad sea menor, tal y como explica el Sistema de Salud Nacional de Reino Unido (NHS).

Además, como añade Adam Balen, portavoz del Real Colegio de Obstetras y Ginecólogos británico, a Verificat, “el esperma sobrevive unos 5 días dentro del cuerpo de la mujer y el óvulo es fértil durante unas 24 horas después de la ovulación, por lo que la 'ventana fértil' dura unos 6 días”. Sin embargo, esto no es garantía de nada: “Incluso en mujeres con ciclos muy regulares, la ovulación puede ocurrir de manera imprevisible y ciertos factores pueden afectar al momento de la ovulación (por ejemplo, fiebre u otra enfermedad) ”.

El método de fertilidad natural está definido por el NHS como un “método en el que una mujer controla y registra diferentes señales de fertilidad durante su ciclo menstrual para determinar cuándo es probable que quede embarazada”. Para llevar a cabo este método, existen tres indicadores de fertilidad que se pueden controlar y registrar: la duración del ciclo menstrual (es casi imposible saber con exactitud el día de ovulación, y debe tenerse en cuenta que la duración de los ciclos puede variar); lectura diaria de la temperatura corporal, ya que existe un pequeño aumento de esta después de la ovulación; y cambios en las secreciones cervicales —fluido secretado por el cérvix o parte superior de la vagina— (en la cantidad y textura de las secreciones durante distintos momentos del ciclo).

La propia web explica que, sin embargo, la planificación familiar natural es un método que no protege contra las enfermedades de transmisión sexual como la clamidia o el VIH. Además, afecta a la frecuencia con la que se pueden mantener relaciones y puede ser mucho menos efectivo que otros métodos anticonceptivos, entre otras desventajas. De hecho, una portavoz del Colegio Americano de Obstetros y Ginecólogos (ACOG), ha indicado a Verificat que el método de fertilidad natural no es infalible y nos ha referido a una infografía sobre la efectividad de distintos métodos anticonceptivos. El 24% de mujeres que utilicen el método de fertilidad natural quedarán embarazadas durante el primer año de uso habitual de esta técnica. Este número contrasta con el 0,2-0,8% que se atribuye al DIU, y con el 9% de las pastillas anticonceptivas, tal y como indica el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos.

El método, pues, se basa en que las personas se abstengan de la actividad sexual durante la ventana fértil, que se alarga durante el tiempo porque no se puede saber con exactitud el día de ovulación.

Balen añade que "los métodos de concienciación sobre la fertilidad pueden ser útiles a la hora de planificar un embarazo, pero, si se utilizan como anticonceptivos, siempre existe un riesgo de embarazo con este método, ya que, a diferencia de la píldora anticonceptiva o el preservativo, no impide la liberación de un óvulo, ni evita que el esperma llegue al óvulo".