Cuidado con los mensajes que niegan la existencia de los virus con el argumento de que son demasiado grandes para penetrar las células

Cuidado con los mensajes que niegan la existencia de los virus con el argumento de que son demasiado grandes para penetrar las células


¿Qué se ha dicho?

Que los virus no existen porque son demasiado grandes como para atravesar los poros de la membrana celular.

¿Qué sabemos?

La existencia del virus se conoce desde finales del siglo XIX, algo ampliamente documentado en la literatura científica. Los poros son una de las vías que tiene la célula para interactuar con el exterior, pero los virus no infectan las células a través de ellos, sino que emplean un mecanismo totalmente diferente: se anclan a la superficie y, o bien son engullidas por la célula o bien se fusionan liberando el material genético.

Un capítulo de pódcast con casi 250 reproducciones en Ivoox y presencia en otras plataformas como Spotify o Castbox ha invitado a una persona que se presenta como un naturópata —que practica una terapia alternativa basada en que el cuerpo siga su propio proceso de curación— que afirma que los virus no existen y que, por tanto, no existen las infecciones, sino que se trata de intoxicaciones. Su principal argumento para justificarlo es que “nada que tenga el tamaño como el que dicen tener los virus […] no es capaz de atravesar el poro” de las membranas celulares de las personas, y, por tanto, si no las atraviesa, no podrá producir una infección.

Es ENGAÑOSO. La existencia de los virus está perfectamente demostrada desde hace más de un siglo, y la forma en que invaden y se multiplican dentro del organismo, las llamadas infecciones, también se conocen ampliamente. Lo que sí es cierto es que los virus no tienen un tamaño lo suficientemente pequeño para penetrar poros y canales de la membrana celular —pequeños orificios que permiten un transporte muy selectivo hacia dentro y fuera de la célula—, pero tampoco los necesitan para infectarla porque el procedimiento que siguen es otro: se enganchan a algunos receptores de su superficie y, o bien son absorbidos por la membrana en un proceso llamado endocitosis, o bien se fusionan con la membrana celular y liberan su material genético en la célula sin necesidad de penetrarla.

"Los virus para mí no existen, porque ningún virus, que dicen los científicos que existe, puede atravesar los poros de la membrana celular. Todo lo que penetra en la membrana celular debe estar licuado, no puede ser nada que tenga el tamaño como el que dicen tener los virus porque no es capaz de atravesar el poro, o sea, no existen las infecciones, existen las intoxicaciones"

El primer virus jamás identificado, llamado virus del mosaico del tabaco, fue descubierto en la última década del siglo XIX y dio el pistoletazo de salida a la virología. Hoy en día la comunidad científica ha catalogado más de 10.400 especies víricas diferentes entre las millones existentes, identificando más de 200 con capacidad para infectar humanos.

Los virus son unos agentes infecciosos que no tienen la capacidad para replicarse por sí mismos. Por eso necesitan entrar dentro de las células, ganar acceso a la maquinaria celular y manipularla de tal modo que la célula infectada empiece a generar más y más copias del virus. Es decir, que los virus invaden primero y se multiplican después dentro de las células humanas, en un proceso llamado infección.

Las intoxicaciones a que se refiere el pódcast, en cambio, son las reacciones del organismo a su interacción con una sustancia tóxica —o toxina— que no tiene esa capacidad de replicación. Las bacterias y virus pueden liberar toxinas, tal y como explicamos, pero no lo son per se, por lo que el argumento del pódcast es incorrecto.

Los poros de la membrana celular

La membrana celular es una capa de lípidos —grasas— que envuelve toda célula y que separa su interior del medio exterior. Mientras, por un lado, protege a la célula de los agentes exteriores, como virus y toxinas, por otro, es semipermeable: permite el intercambio de materiales entre el interior de la célula y el ambiente del entorno. Es decir, que deja entrar nutrientes, por ejemplo, mientras saca los residuos que ya no necesita.

Es cierto que parte de este intercambio se realiza a través de los llamados canales de membrana, una especie de túneles formados por proteínas que atraviesan la membrana y permiten la entrada o salida de ciertos iones —átomos cargados eléctricamente— y moléculas de la célula. Ahora bien, los canales son estrechos y específicos, de modo que otras partículas ingresan mediante mecanismos distintos. Algunas utilizan transportadores de membrana, unas proteínas que arrastran moléculas complejas dentro de la célula; y otros utilizan la endo y exocitosis, unos procesos a través de los cuales las células absorben nutrientes o expulsan residuos.

Sea como fuere, aunque los poros son una vía de entrada de algunos elementos externos dentro de la célula, no son ni mucho menos la única. El hecho de que los virus no puedan atravesar los canales de membrana no significa que no puedan infectar a las células, como sugiere el pódcast. De hecho, varias toxinas tampoco pueden atravesar estos poros y siguen vías alternativas para entrar en las células.

Cómo entran los virus dentro de la célula

La superficie de las células también está llena de proteínas, lípidos y otras partículas a las que los agentes externos pueden anclarse. Lo primero que hace un virus al llegar a la célula es buscar, entre todas ellas, el receptor al que se puede enganchar. Es decir, que el agente infeccioso no se puede coger de cualquier manera ni en cualquier lugar de la célula, sino que necesita un tipo de receptor muy específico para poder unirse. Los receptores de los principales virus que afectan a los humanos se conocen perfectamente y, como explicamos, en el caso del SARS-CoV-2, el receptor del virus es la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2).

Una vez pegados a la superficie celular, los virus tienen dos maneras para infectar a la célula huésped: o bien colándose enteros dentro de la célula en un proceso llamado endocitosis, en el que la membrana se pliega envolviendo completamente el agente infeccioso y 'engulléndolo' (es la vía más común); o bien fusionándose con la membrana e insertando en la célula solo el material genético, que será el que permita posteriormente la replicación del virus y, en consecuencia, la infección de más células del organismo.

En definitiva, las vías de entrada de los virus en las células se conocen con detalle, y son diferentes de las que sugiere el pódcast. Además, las infecciones y las intoxicaciones son conceptos distintos.

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