El polisorbato es un elemento de algunas vacunas de la gripe, pero no es tóxico

Un estudio sin rigor científico dice que esta sustancia es peligrosa para nuestro sistema inmune


Nos habéis hecho llegar por Whatsapp un mensaje que asegura que cada vacuna contra la gripe lleva medio trillón de partículas de polisorbato, que esta sustancia tiene la capacidad de modificar las membranas celulares y que ataca el sistema inmune del cuerpo, cosa que facilita la infección por SARS-CoV2. Es FALSO. El Ministerio de Sanidad, la Asociación Española de Vacunologia y el Comité Asesor de Vacunas alertan de esta desinformación desde junio y hemos entrevistado dos expertos para entender de donde viene la confusión.

El 30 de junio, el Ministerio de Sanidad emitió una circular en la cual advertía del poco rigor científico de un estudio titulado Posible causa de la pandemia por coronavirus: Interferencia inmunológica entre el POLISORBATO 80 de la vacuna antigripal adyuvada y el SARS-CoV-2, un documento firmado por Gastón Añaños y otros colaboradores y divulgado a través de las redes tanto en formato de estudio aparentemente científico como en cadenas de Whatsapp y posts de blog como el que nos habéis hecho llegar.

"Con la vacuna adyuvada de la gripe se le están introduciendo en el cuerpo más de 10.000 moléculas de polisorbato por cada célula de su organismo (…) 540.000.000.000.000.000 moléculas con propiedades tensioactivas, capaces de alterar las membranas celulares (…) en las que se encuentran integradas, entre otras muchas proteínas, las lectinas del sistema inmune innato, primera línea de defensa en la respuesta inmunitaria, encargadas de frenar la entrada de virus como los SARS e iniciar su proceso de eliminación"

El Ministerio de Sanidad advierte que es falso que la vacuna de la gripe debilita el cuerpo y favorece el contagio de SARS-CoV2. Ya os lo hemos explicado en varias ocasiones y, de hecho, es al contrario: los estudios que se han publicado hasta ahora apuntan que los pacientes que están vacunados de la gripe tienen menos probabilidades de sufrir complicaciones por coronavirus. Lo explica, por ejemplo, el British Journal of Medicine, la principal publicación británica sobre medicina.

Entre las inconsistencias del estudio, el Ministerio de Sanidad cita que "existen errores importantes en los criterios de selección de los grupos de estudio que invalidan los resultados", que "faltan pruebas de laboratorio o referencias apropiadas que demuestren las afirmaciones sobre el virus" o que "falta un análisis estadístico apropiado" y que "las reacciones alérgicas que destaca de la ficha técnica de la vacuna de la gripe no son imputables al polisorbato". Además, la bibliografía aportada es "insuficiente". Es decir, el estudio no tiene validez, confunde conceptos y no tiene credibilidad científica.

Qué es el polisorbato

El polisorbato es una molécula que se utiliza en algunas vacunas de la gripe y otras enfermedades y actúa como adyuvante, es decir, es "un producto para reforzar su acción" y ayuda a aumentar la respuesta inmunológica del paciente, explica Rafael Padrós, responsable del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y experto en vacunas.

Durante la campaña de vacunación de otoño de 2019, la mayoría de las comunidades autónomas suministraron la vacuna de la gripe conocida como Chiromas que, efectivamente, lleva como ingrediente 1,175 mg de polisorbato 80, según el prospecto de la Agencia Española del Medicamento. Pero Castilla-La Mancha, La Rioja y Navarra, tres comunidades con un índice de mortalidad por SARS-CoV2 superior al de la media, suministraron otras marcas de la vacuna de la gripe, según explica Maria Esteve, jefe del servicio de Medicina Preventiva del hospital GermansTrias. Además, muchas vacunas infantiles como Prevenar, Gardasil 9 o Trumenba llevan polisorbato y los menores, a los cuales se les administra estos preparados para estimular la formación de anticuerpos, son el grupo de edad que ha registrado una menor mortalidad por esta pandemia. 

El polisorbato también se utiliza como estabilizante y emulsionante en la industria alimentaria.

Inmunidad celular y humoral

El artículo que nos habéis hecho llegar explica, precisamente, que la vacuna de la gripe erosiona las membranas de las células y que, por lo tanto, ataca el sistema innato del cuerpo, que es quien, supuestamente, nos ayuda a luchar contra virus como el SARS-CoV2. "Los adyuvantes generan mucho debate en este momento porque hacen que generes más anticuerpos" y por eso "se dice que están alterando la inmunidad", explica Padrós pero, de nuevo, recalca que este temor proviene de una confusión entre dos conceptos: la inmunidad celular y la inmunidad humoral.

La inmunidad humoral fabrica los anticuerpos, mientras que la inmunidad celular actúa destruyendo las células infectadas y, al mismo tiempo, hace las veces de memoria a la inmunidad humoral para fabricar anticuerpos, explica Padrós. La vacuna de la gripe actúa principalmente sobre la inmunidad humoral, mientras que la vacuna contra el SARS-CoV2 que se está investigando en la Universidad de Oxford "parece que también estimula la inmunidad celular. Esto puede ser muy importante porque si es así puede ser que no se tenga que revacunar [a los pacientes] porque habrá memoria inmunológica", apunta.

Las vacunas no tienen covid

Los autores del estudio que analizamos explican que han llevado al laboratorio una vacuna Chiroma, la vacuna mayoritaria contra la gripe en España, y le han hecho un test PCR para ver si está contagiada de coronavirus. Este experimento no tiene sentido, según Esteve, porque "las vacunas se elaboraron entre marzo y octubre de 2019" y el coronavirus empezó a circular entre diciembre de 2019 y enero de 2020

Además, tampoco tiene sentido pensar que las vacunas de la gripe fueron las culpables del contagio masivo de SARS-CoV2 porque "todo el hemisferio norte se vacuna en la misma época", mientras que el coronavirus se fue extendiendo de manera progresiva: apareció en China, después llegó a Europa y, finalmente, al continente americano. Si se hubiera inyectado en la población, todo el hemisferio norte hubiera empezado a sufrir la pandemia en el mismo momento, añade.

Finalmente, otro dato que demuestra que la vacuna de la gripe no tiene nada que ver con las infecciones por coronavirus. Como os explicamos hace unos meses, el porcentaje de mayores de 65 años que están vacunados contra la gripe varía mucho en países con tasas similares de mortalidad por coronavirus.